Te dije que volví a la universidad. Te dije que estoy estudiando Filosofía. Y que tengo "amiguit@s" nuevos y más jóvenes que mis propios hijos.
Y que el territorio del edificio de Humanidades es el coto privado del PO y sus sacrificados militantes. Y que me rompe las pelotas tanta tilinguería de izquierda. Y que todavía no me explico cuándo estudian, cuándo trabajan, cuándo hacen algo útil, si las 24 horas están pintando y pegando carteles hasta por la reivindicación de las moscas que andan dando vueltas por las aulas.
Te dije todo eso, creo.
Ayer, aniversario de la muerte del Néstor, estábamos esperando para entrar a la clase de Problemas. En el edificio original de la universidad, en el "ala" de ingeniería. Y se me acerca una compañerita (que la semana pasada me había dado un volante de Kolina) y me dice: ¿Te parece que puedo pegar estos carteles? (esos carteles invitaban al acto por Néstor, firmados por las juventudes kirchneristas) ¿Lo qué? le digo. La UNS es tuya, es mía, es de todos...cómo no vas a poder pegarlos. Vení que te ayudo, dale.
Y le pregunto...¿a Humanidades no fuiste? No, me dice....Es que recién me los dieron hoy...
Pero en realidad me quería decir: dónde mierda los pego si los democráticos de la conducción del Centro no te dejan un puto lugar.
Y nos pusimos a charlar, y nos contamos pareceres y experiencias. Y a medida que iban llegando otros compañeritos, ella seguía invitando al acto y a las reuniones.
Eso digo....Vos entrás en Humanidades y te engañás. Decís: qué convocatoria de masas tienen los troskos. Pero de repente te das cuenta que en realidad, hay otras cosas también. Que habemos K. Que somos unos cuantos.
Te digo, la próxima vez que vengan a interrumpir una clase sin pedirle permiso a nadie para hablarnos de los obreros de Zanon, te juro que les contesto. Esta pibita, ella solita, ya los frenó una vez. Y el profe, cuando los revolucionarios se fueron, le dijo: Estoy en un todo de acuerdo con lo que dijiste y te felicito por haber hablado. La próxima, esta vieja setentosa romperá su silencio como estos tipos rompen las pelotas.
Porque pingüinos y pingüinitos habemos más de lo que parece.