Esta ahí, solo, rodeado de tierra removida, encerrado por esas cintas rojiblancas que preservan el lugar en que se investiga. Hasta hace muy poco, también solo, lo acompañaba el pasto alto y alguna que otra montañita de escombros.
Está ahí desde siempre, contra el cielo que hoy brilla. Estuvo ahí en las noches de invierno, en las heladas, en los calores. Pudo haber desaparecido él tambien. Pero no....
Tiene en su memoria el eucalipto esa casita a la que solía hacerle sombra, a la que le regalaba el rumor de sus hojas en el viento bahiense. Tiene en sus oídos las charlas del casero, el mugido de las vacas, el sonido de las fanfarrias allá lejos ensayando un desfile, el gemido del molino.
Tiembla a veces el eucalipto cuando recuerda. El abandono de la casa, sus nuevos habitantes, los gritos en la noche, las nubes del sufrimiento que a cada hora subían a sus ramas, el molino maniatado para que no gimiera también él.
Y está ahí, solo, como esperando a que alguien le pregunte, testigo mudo de la ignominia. Porque también él tiene tanto para contar. Porque su tristeza también fue infinita. Porque vio, porque escuchó, porque olió.
Y porque durante tantos años esperó con esa empecinada quietud de árbol. Con esa certeza, con esa firmeza viendo pasar inviernos, veranos, olvidos, demoliciones que a su alrededor pretendían borrar el crimen destruyendo los ladrillos.
Y esperó...Esperó para ver hoy, también solo, cómo la tierra que lo nutre devuelve los indicios, las pruebas. Un trapito, algún botón, el pedazo de alguna carta, metales, envases de remedios, plásticos....La tierra los devuelve. Los devuelve después de haberlos atesorado en su inmensa sabiduría.
Por eso el eucalipto, que bebió durante tanto tiempo esa amargura, también quiere devolver algo de lo que su tronco y sus hojas guardaron.
Y lo hace, meciéndose lentamente en la brisa. Lo devuelve en sombra para quienes investigan bajo sus ramas. Lo devuelve en pájaros. Lo devuelve en rayos de sol que juegan entre lo verde. Lo devuelve porque, después de todo, es la vida la que triunfa sobre la muerte. Es la vida la que ahora lo rodea. Es la vida la que empuja hacia la justicia.
(El eucalipto se encuentra al costado de las ruinas, hoy preservadas, de la que fuera La Escuelita, Centro Clandestino de Detención y Tortura en el Quinto Cuerpo de Ejército de Bahía Blanca, cuyos militares son juzgados por crímenes de lesa humanidad. El terreno está siendo investigado por un equipo multidisciplinario que ha encontrado, hasta el momento, numerosas pruebas que confirman las declaraciones de las víctimas sobrevivientes,)
"...Puesto que no hay lecturas inocentes, empecemos por confesar de qué lecturas somos culpables..." Louis Althusser
sábado, 24 de marzo de 2012
jueves, 22 de marzo de 2012
Nuestros héroes cotidianos
Lo acabo de ver en el muro del féis de ese tipazo que es Ernesto Argañaraz. Y lo comparto acá, porque me parece que, ante tantas mezquindades de algunos que se creen que tienen la revolución guardada para siempre en una caja fuerte, y que tratan de convertir este nuevo 24 de marzo en un...a ver quién la tiene más larga...., esta producción del dotor enaltece la memoria de nuestros desaparecidos. Desde el cariño, desde la cotidianeidad, desde la humildad que en algunos se ha perdido y hasta parece que fuera para siempre.
Ellos son los nuestros, los de todos, los que eran como nosotros, los que quedaron condenados a vivir por siempre dentro de una foto blancoynegro que los congela en esa dolorosa juventud eterna....
sábado, 3 de marzo de 2012
La vereda de enfrente
El año pasado, mi amiga, la Nilda de Lanús, me regaló un librito en el que reunió una interesante cantidad de posteos publicados en su blog. Aunque ella decía que "...pasar al papel un blog es como poner el mar en la pelopincho a baldazos..."
Siempre tengo el librito a mano. Por eso hoy se me pintó publicar este escrito, esta reflexión, esta si se quiere aguafuerte bonaerense. Que comparto y suscribo en su total totalidad.
BUENA GENTE
En mi barrio son buena gente, la que hicieron, la hicieron con el trabajo. Nadie les regaló nada, vinieron de abajo. Esto es casi una declaración de principios: no tienen tongo y jamás se quedaron con un guita de otros. Gente de laburo.
Sin embargo siempre están en la vereda de enfrente: yo los conozco bien, y si uno insiste, se terminan enojando.
Si digo "derechos humanos" ellos hablan de "sus" derechos humanos.
Si se habla de la pobreza, enseguida sospechan de la falta de esfuerzo.
Cuando se refieren a la delincuencia (ellos la llaman inseguridad, y hasta fueron por primera vez, o pensaron ir. a la plaza con el ¿ingeniero? Blumberg), piden la pena de muerte, sin hacerle asco a meter a los chicos allí. Es que sus hijos, nosotros, estudiamos y trabajamos, no como estos negros. Negros de mierda, o tal vez peor, negros de mente, no de piel.
Si se cruzan con pibe de la calle, no pasan de la limosna, no logro entender si es de buena fe, por las dudas o por el miedo que les morfa el alma a tarascones.
Se quejan de la soberbia de esta presidenta, pero a mi esto me da cosita porque yo, que los vengo escuchando desde que nací, juro que nunca hablaron de la soberbia de los militares.
Si miran a la juventud, siempre sospechan, ¿es que acaso no fueron jóvenes? Nunca hablan de eso, o hablan de una juventud que a mí me suena vieja.
Si defendés ideología piensan que sos un tarado (no te dicen que se te va a pasar cuando crezcas ¡porque encima vos ya estás madurita!)
En el fondo, se enamoraron de la inflación y del dólar barato. porque les permitía hacer sus pequeños negocios de tenderos, y olvidarse de que la guita va y viene y ahora les tocó que se vaya.
Si hablan de los que ganaron guita grande con los negociados de la corrupción, se les nota un poco de envidia, mal disimulada,por otra parte.
Lo que les da miedo, a vos te da lástima. Lo que admiran a vos te parece grotesco.
Si uno habla de socialismo, rapidito te adjudican el sambenito de que te aprendiste el librito, como si el peor liberalismo también no fuera un recitado.
Son buena gente, los conozco bien. Viven en mi barrio, me conocen por el nombre, y siempre trabajaron. Pero están en la vereda de enfrente.
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