Para los que sueñan con la toma del Palacio de Invierno, para los que alucinan con los proletarios marchando con la cabeza de sus dirigentes, para los que es el todo o nada, el blanco o negro, el nosotros o el Otro...cuanto peor, siempre, siempre es mejor.
Fue mejor en la Semana Trágica de 1919. Fue mejor después de los fusilamientos de la Patagonia. Fue muchísimo mejor después del 16 de setiembre del 55. Pero claro que fue mejor el 24 de marzo del 76.
Y, si no, pregúntenle a los hermanos chilenos si no fue mejor luego del 11 de setiembre del 73.
Clarísimo que fue mejor.
Fue mejor después de que lo asesinaran al Che. Fue mejor con los treinta mil desaparecidos y la política borrada de la superficie.
Siempre es mejor, cuanto peor estás.
Por eso todavía distamos mucho de estar mejor. Simplemente porque nos falta un toco para estar peor.
Aunque hay algunos que trabajan las veinticuatro horas, incluídos sábado y domingo, para que estemos mejor. Digo peor.