Hoy es San Valentín...ese santo que dicen los obliga a los enamorados a regalarse huevadas, como peluches, bombones, corazones almibarados y todo el merchandáisin de Wal Mart. Un santo importado como el San Patricio que te hace poner en pedo un día al año. O como el Jalogüín, en el que salís corriendo disfrazado de zapallo asesino, sin darte cuenta de que los corsos son en febrero.
Oh, San Valentín...día de los enamorados con existencia precaria. Día para acumular ositos y rosas secas que van a ir a la basura cuando el amor real, el amor cotidiano, el amor que ilumina y engendra la maravilla, se te cruce en el camino.
Έρως και Θάνατος dice el título: el amor y la muerte. Las dos pulsiones existenciales entre las que transcurre nuestra vida. Don Eros, que vence a la muerte y a la vez es vencido. Doña Tánatos, la posibilidad conciente del ser humano que te anula todas tus otras posibilidades. Entre esas dos fuerzas andamos. Entre ellas dos.
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