Me acordé de Daniela, la alumna de Noveno que hace unos años hizo frente a su embarazo solita y sola. Me acordé de Cintia y Marcelo que tienen unas abuelas, ambos dos, que los contienen y que los ayudan a seguir con el embarazo. Me acordé de Paula, que después del nacimiento de su bebé terminó el Cuarto año y planea ser enfermera profesional. Me acordé de Cecilia, que dejó el Tercero porque va a ser mamá.
Algunas con una familia que las acompaña al hospital público. Algunas que van solitas. Algunas que no van....
Y entonces. Si esta ampliación de la AUH a las embarazadas a partir del tercer mes no es un salto cualitativo en la redistribución de la riqueza, díganme, muchachis, ustedes que saben tanto, qué es.
Algunos dicen: es una medida antiaborto. Otras dicen: ahora conviene quedar embarazada y no trabajar como maestra. No falta quien agregue: nadie va a querer trabajar porque todo les llega de arriba.
Pero si vos estás todos los días con las patitas en el barro. Si ves la preocupación de estas mamás adolescentes para hacerle frente a todo con sus hijos a cuestas. Si te das cuenta de que, al principio, las mamás protestan por las exigencias en salud y educación que les pone la AUH, pero que las cumplen, y simultáneamente se educan. Si te percatás que el Estado hoy está más presente que nunca, atendiendo a aquellos que por mucho tiempo fueron personas y nunca ciudadanos.
Si te das cuenta de que cada vez hay menos diferencias entre los bebés que nacen del lado de acá o del lado de allá de la pobreza. Si sabés que esas voces que se alzan hablando de la burocracia, y de que no llega a todas, y de que no se cobra, son las voces de quienes estarían gustosos de que ahí no pasara nada para poder seguir engañándonos con sus cantos de sirena y sus utopías desflecadas.
Bueno, si se te abrió la cabeza, como a mí ayer cuando la Presidenta anunció la medida, ya sabés.
Igual que la madrugada en que se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario: a mí me parece que estamos amaneciendo en un país mejor. Y mejor quiere decir mejorable. Y mejor quiere decir NUNCA MENOS....
Dejé este post para leerlo tranquila. Comparto absolutamente todo, y fundamentalmente, la alegría que me dió escuchar este anuncio. Habla de muchas cosas, pero sobre todo, de respeto. De respeto, de dignidad, esa que le ningunean a las Danielas, Cintias, Paulas. Y a las Marías, Ramonas, de más de 30, a las que despide con gesto severo esa señora a la que le limpiaron la mugre, que nunca las blanqueó, y que se asombra y enfurece, porque no se van a poder agachar como antes. El embarazo como algo digno.
ResponderEliminarY del aborto, ya hablaremos, ya seguiremos peleando, pero no son excluyentes. Un abrazo
grace gracias por acordarte de emma y pintarle el hermoso cartelito...ya estamos buscando un lugar donde colgarlo.
ResponderEliminarUn saludo grande de Emma y mio!