"...Puesto que no hay lecturas inocentes, empecemos por confesar de qué lecturas somos culpables..." Louis Althusser
viernes, 31 de julio de 2009
Señores feudales
jueves, 30 de julio de 2009
Llamitas
miércoles, 29 de julio de 2009
Y eran nomás
martes, 28 de julio de 2009
Dinosaurios
lunes, 27 de julio de 2009
Supersticiones
domingo, 26 de julio de 2009
Un día peronista
sábado, 25 de julio de 2009
26 de julio del 52
viernes, 24 de julio de 2009
La verdad revelada
QUINIENTOS
jueves, 23 de julio de 2009
Oesterheld
miércoles, 22 de julio de 2009
Nieve
lunes, 20 de julio de 2009
Estar en la Luna
Hoy digo: che, mi abuela fue una adelantada!!!!!! Ella no lo sabía, pero estaba coincidiendo con Foucault, Baudrillard y más acá el nuestro Jose Pablo. ¡Aguante la vieja!
Si no me creen, la nota que sigue y que se publicó en el Pagina de hoy, no tiene desperdicio. (yo sabía que algo me sonaba conocido en el alunizaje: claro, era el estilo Kubrick). Nunca tuvo más actualidad esa frase que nos decían en nuestra infancia: "Che, esta piba está en la Luna..."
Por José Pablo Feinmann
Hacia mediados de los noventa llamé a mi buen amigo Jean Baudrillard. Sabía que no andaba bien, pero todavía le quedaba una gran misión. Le correspondía a él. Yo había desarrollado una tesis sobre el poder de los medios para sujetar a los sujetos, que era una fórmula de Foucault. Pero el gran Michel no pudo tratar a fondo la cuestión del poder de los medios. Murió un poco abruptamente. Mi trabajo residía en demostrar que lo comunicacional era la revolución de la derecha, que no existía revolución que se le igualara en mucho tiempo. Miren, señores, hemos desarrollado un dispositivo tan poderoso que atraparemos sus conciencias en todos los terrenos posibles. En especial, los del entretenimiento.
Pero, ¡esto ya había ocurrido! La Revolución Comunicacional (vale decir: el poder del Imperio para mentir tan poderosamente que esa mentira era la verdad y se introducía en las subjetividades de los pasivos receptores como tal) había tenido un despegue increíble. ¡Tan espectacular, tan deslumbrante como un viaje a la Luna! Y fue el viaje a la Luna. La más grande patraña de la Historia. El que siga sosteniendo que no fue así, que no fue fraguado, que no fue virtualidad pura, creación del poder virtual, del arte del simulacro, del arte de “crear” la realidad, una realidad que no es real porque no tiene espesor, no es ontológica, no entenderá nada. Lo virtual no es el Ser. Es lo virtual. ¿Cómo un alma creativa puede resistirse a esta tesis? Que llegaron a la Luna en otro acto prometeico de la bendita modernidad no es más que otro cuento en la línea de la revolución industrial del siglo XIX, la máquina de vapor, el tren, el remington. No, esto es algo distinto, revolucionario. Lo sorprendente, lo que revela la nueva y renovada fuerza del poder, incluso su imaginación inagotable es... ¡que no fueron a la Luna! Hicieron así: llamaron a Werner von Braun, el sabio nacional socialista que estuvo a punto de ganar la guerra para Hitler, que alcanzó a tirar unas cuantas V2 sobre Londres pero los yanquis se le adelantaron con la atómica en Hiroshima. Pero no por eso olvidaron a Wernher. Lo llamaron: “Vea, von Braun, usted es muy inteligente y ahora necesitamos unirnos todos contra el nuevo enemigo del Occidente cristiano y democrático: los sucios rojos”, le dijo Henry Kissinger, que estuvo en todos los lados donde hubo que estar. El Mal es omnipresente. Kissinger continuó: “Usted sabe que los rojos nos infligieron una dura derrota con ese Sputnik que arrojaron al espacio. Para colmo, la tripulante, esa puta perrita Laika, murió y todo el mundo derramó lágrimas comunistas por ella”. “¿Qué necesitan ahora?, preguntó Wernher. “Sencillo: mandar el hombre a la Luna”, dijo Kissinger. “No es posible”, negó el gran von Braun. “Estuve trabajando en eso y por ahora es imposible. Pero no se desanime, amigo Kissinger.” Y largó una carcajada. “¿De qué se ríe?”, preguntó Kissinger. “Oh, de las vueltas de la vida”, confesó von Braun. “Aquí estamos usted y yo trabajando para una potencia extranjera. Usted, un sucio judío. Yo, un ario puro. De haberlo pescado en Alemania le hacía conocer Auschwitz, amigo Kissinger.” “Pero eso no ocurrió. Y entienda: América, para mí, no es una potencia extranjera. Es un país poblado por muchos e inteligentes judíos en puestos de poder.” “Oh, mister Kissinger. ‘Judío inteligente’ es un pleonasmo. No hay uno que no lo sea. Por eso los exterminábamos en Alemania. Se devoraban el país y los arios puros son medio idiotas, usted sabe. Ha leído a Nietzsche, sin duda.” “Volvamos a lo nuestro, Wernher von. De modo que no puede mandarnos ni un maldito astronauta a la Luna.” “Imposible por ahora. ¿Pero no es éste el país del show, del espectáculo, de la creación mediática? ¡Consígame a Stanley Kubrick!” Al día siguiente, Kubrick se reunía con von Braun. “Oye, Stanley, yo no puedo mandar todavía un hombre a la Luna y los malditos soviéticos siguen al frente en la carrera espacial. ¿Qué sugieres?” Kubrick, un genio con una enorme confianza en su genio, un genio que sabía que lo era, dice: “La solución es sencilla: hagamos una remake de 2001. Hagamos otra ‘odisea del espacio’. Pero en algún lugar secreto de California”. Llaman a Nixon. Nixon entiende de inmediato. Hombre inteligente, sólo acaso con un ultrapatológico “complejo de Dios” que le permitía arrojar millares de bombas sobre cientos de miles de seres humanos en nombre de la causa del Occidente cristiano, bien acompañado, por cierto, por Robert McNamara (cuya muerte durante estos días el entero mundo llora menos los millones que están bajo tierra gracias a su eficacia demoledora llevada a cabo con el aporte inestimable del patriótico asesino de masas Curtis Le May), Nixon respalda en todo al genial Stanley Kubrick y al inestimable von Braun. Viajan a California y llaman a todo el equipo de producción de 2001. En poco tiempo el set está construido. Es una obra maestra. Lo demás es sencillo. Eso hicieron: un simulacro perfecto. La primera obra maestra de la construcción de la realidad a partir de los medios. Todos vieron por televisión a Armstrong y sus amigos alunizar en un set de California. Nixon hablaba con ellos. “¿Cómo va todo, muchachos?” “Bien, señor presidente. Es maravilloso haber llegado a la Luna.” Nixon, que estaba junto a von Braun, a Kubrick y a McNamara –que había dejado por un instante de arrojar bombas incendiarias sobre Vietnam, bombas que mataban cien mil civiles por noche, una minucia—, se despanzurraba de risa. “¡Somos unos hijos de perra!”, exclamaba. “¡Tenemos engañados a todos los idiotas de este mundo!” Kubrick, exaltado, vociferaba: “¡Es el triunfo del show sobre la realidad! La realidad ha sido abolida. Ha muerto. No hay realidad. Sólo construcción de la realidad. Sólo show. Simulacro. Mentira. ¡Ya no hay ser! Las cosas ya no son. Son virtuales. Se ven por televisión y el entero mundo las cree”. Era tan brillante ese ególatra neurótico que se expresaba con los conceptos de Baudrillard antes de éste siquiera los hubiera pensado.
Por eso a mediados de los noventa llamé a mi amigo francés. Era él quien tendría que haber fundamentado la importancia de ese hecho: Del poderoso hecho de no-haber-ido-a-la-Luna. ¡Que libro para vos, Jean! El viaje a la Luna no ha tenido lugar. Armstrong no ha tenido lugar. Yo te conocía bien. Te leí atentamente. Fuiste el mejor de los posmodernos. El que dio en el clavo del nuevo poder absoluto. Te pusiste contento cuando te mandé mis primeras notas, que luego incluí en ese grueso libro de filosofía que ahora anda por ahí. ¿Recuerdas, Jean? Decía: “Según la Ontología Negativa de Baudrillard el Ser está en todas partes y en ninguna. No puede haber ontología de lo virtual (...) Al final de su largo periplo la razón occidental no es. Se ha evaporado. Es simulacro. Y el simulacro no tiene nada que ver con el Ser. El mundo está poblado, constituido por imágenes y las imágenes son el ‘mundo’. No hay ‘mundo’. El ‘mundo’ ha muerto. Porque el mundo era el mundo ‘real’. Y lo ‘real’ ha muerto” (La filosofía y el barro de la historia, Planeta, p. 720). ¿Cómo no aprovechaste este tema, Jean? Es el punto exacto en que se inaugura el mundo de lo virtual. En que se asesina la realidad. Eso que vos, en uno de tus mejores libros, llamaste El crimen perfecto. Bien, el llamado “viaje a la Luna” es el crimen perfecto. El crimen de la realidad. El crimen de la verdad. De una verdad, pero no de otra. El mundo queda inaugurado como mundo virtual. Como verdad virtual. Se ve por televisión.
Señores, ustedes no fueron a la Luna y eso me parece mucho más admirable que si mediocremente, realmente, sumidos en la tosca realidad-real hubieran ido. Pero no fueron. Crearon todo el gran relato. Demostraron que la entera humanidad puede ser engañada. Crearon la nueva era. La del poder de lo virtual mediático. Hoy vivimos inmersos en ese mundo. Y van a ver: el señor De Narváez (y perdón por esta recurrencia a nuestra exigua política nacional en medio de tanta genialidad desbocada) dará, en el año 2011, su discurso de final de campaña desde Saturno. Con traje de astronauta y en medio de llamaradas espectaculares. Superiores a las de Lo que el viento se llevó. Y todo lo habrán hecho los realizadores de Matrix en un set remoto, inhallable de la Patagonia. Y todos dirán: “Si este hombre pudo ir a Saturno, ¿cómo no va a sacar a la Argentina de su eterna postergación?” Entre tanto, millones de clones de De Narváez recorrerán el país hablando cálidamente con la gente, escuchando sus problemas. Y la gente dirá: “Este hombre está en todas partes. Escucha a todos. Entra en todos los hogares”. Y alguien, por fin, dirá la verdad: “Para mí, es Dios”. Y lo será. Porque el que se apodere de la nuevas tecnologías comunicacionales, será Dios.
sábado, 18 de julio de 2009
AMIGOS
Se busca un amigo
No es necesario que sea hombre,
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
jueves, 16 de julio de 2009
No nos olvidamos, Cleto
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Como el Vicepresidente Julio Cobos, ese hombrecito de traje prolijo y característico arrastre moderado de ocultamiento fonético cuyano. Pobre. Le tocó decidir entre ricos y pobres.La intrincada trama de intereses históricos de los sectores poderosos queda legitimada sin más análisis que el último acontecimiento. Ese republicanismo rubio de ojos celestes con apropiación de símbolos patrios y recitados de himno nacional o preámbulo queda bien legitimado en ese hombre de voz quebrada e incipiente sudor restregado ente manos y rostro que pidió que la historia lo juzgue y sin más decidió fallar a favor de los ricos.La historia no juzga. Los hombres lo hacen y a veces tardan décadas, y a veces nunca juzgan y a veces, solo a veces encuentran que es culpable. Julio Cobos no quedará en la historia. Pequeños párrafos son dedicados a los cobardes en la bibliografía seria.La inmediata historia mediática lo pondrá en púlpitos de bronce como coherente hombre de un republicanismo puro y limpio de la burguesía patricia y sin lugar para el olor a pobres. La inmediata historia mediática lo tendrá elevado cual si fuera la desembarcada vedette que acaricia el caño de brillos y luces con su desnudez por un pan más.La traición es uno de los comportamientos usuales en el ser humano. Tan usual que se puede prever y no sorprende. Ese hombre de ojos inseguros y voz medida es de los que a la hora donde la historia llama, no estará dispuesto a atender la puerta. La cobardía será siempre más fuerte.Los traidores también son funcionales. Siempre. Nadie consigue verdadera felicidad y amor si es un traidor cobarde. Porque la traición juega, aún en contra de las convicciones personales, esas que a algunas personas como Julio Cobos, su propia cobardía no lo dejará nunca mostrar.En la vereda de enfrente de los cobardes y los traidores siempre estuvieron y estamos los hombres y mujeres que no pertenecemos a esa burguesía patricia, ni a ese hermoso y rozagante republicanismo. Los que podemos conjugar el amor al pueblo con palabrotas, exabruptos y olor a guiso sin ningún problema. Porque al final los hombres y mujeres que quedan en la historia son esos que luchan toda la vida, esos que como dijo Bertolt Brecht “son imprescindibles”
martes, 14 de julio de 2009
¿Qué nos pasó?
Leo en Feinmann, a propósito del 25 de mayo del 73 y qué actores sociales apoyaron entonces al peronismo:"...Porque nunca fue más digna la clase media. Más generosa. Menos economicista. Nunca se jugó tanto...¿Qué esperaba? Que mejorara la economía. Que se fueran los militares. El país estaba harto de los militares..."(José Pablo Feinmann, en el suplemento de Página este domingo)
lunes, 13 de julio de 2009
El Nano
El sol nos olvidó ayer sobre la arena.
Nos envolvió el rumor suave del mar.
Tu cuerpo me dio calor, tenía frío.
Y allí, en la arena,
entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor para ti.
Mi fruto, mi flor,
mi historia de amor,
mis caricias.
Mi humilde candil,
mi lluvia de abril,
mi avaricia.
Mi trozo de pan,
mi viejo refrán,
mi poeta.
La fe que perdí,
mi camino y
mi carreta.
Mi dulce placer,
mi sueño de ayer,
mi equipaje.
Mi tibio rincón,
mi mejor canción,
mi paisaje.
Mi manantial,
mi cañaveral,
mi riqueza.
Mi leña, mi hogar,
mi techo, mi lar,
mi nobleza.
Mi fuente, mi sed,
mi barco, mi red
y la arena,
donde te sentí,
donde te escribí
mi poema.
sábado, 11 de julio de 2009
House
Y mientras tanto una se debate entre la fiebre y las alucinaciones. Cree ver al doctor Kildare (la momia en todo caso) y al George Clooney de ER ( ese, ese, que me atienda ese: pero es pediatra y pasa de largo). Cree escuchar las conferencias de prensa de Borocotó y Zinn...En el medio se cuelan los apocalípticos, digo, los periodistas y los médicos sin banderas, sin moral, sin vergüenza. Y hasta aparecen en un costado Morales y Rodríguez Larreta que se curaron, pero no los atendió House. Porque House no atiende a la oposición.Una cree que el Florencio Escardó, ese genio, está al lado de la cama contando anécdotas divertidas de Piolín de Macramé...
Pero vuelve House. Hizo todas las pruebas. Humilló a todos sus subalternos. Enculó a los dueños de la clínica. Y trae en la punta de su bastón, la caja de......Tamiflú.
Chau, me salvé. Lástima que me tengo que ir del hospital y, como todos sabemos, los personajes no pueden abandonar su ámbito. House es un médico fulltime. Vive las 24 horas metido ahí. Una lástima.
Mandala
jueves, 9 de julio de 2009
Patria
Se nace en cualquier parte. Es el misterio
-el primer misterio inapelable-
pero se ama una tierra como propia
y se quiere volver a sus entrañas.
Allí donde partir es imposible,
donde permanecer es necesario,
donde el barro es más fuerte que el deseo
de seguir caminando,
donde las manos caen bruscamente
y estar arrodillado es el descenso,
donde se mira el cielo con soberbia
desesperada y áspera,
donde nunca se está del todo solo,
donde cualquier umbral es la morada.
Donde se quiere amar. Y dar un hijo.
Y se quiere morir, está la Patria.
miércoles, 8 de julio de 2009
Efemérides
martes, 7 de julio de 2009
El Billiken
domingo, 5 de julio de 2009
No me gaste las palabras
No me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
si usted habla de progreso
nada más que por hablar
mire que todos sabemos
que adelante no es atrás
si está contra la violencia
pero nos apunta bien
si la violencia va y vuelve
no se me queje después
si usted pide garantías
sólo para su corral
mire que el pueblo conoce
lo que hay que garantizar
no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
si habla de paz pero tiene
costumbre de torturar
mire que hay para ese vicio
una cura radical
si escribe reforma agraria
pero sólo en el papel
mire que si el pueblo avanza
la tierra viene con él
si está entregando el país
y habla de soberanía
quién va a dudar que usted es
soberana porquería
no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
no me ensucie las palabras
no les quite su sabor
y límpiese bien la boca
si dice revolución.
Mario Benedetti.
viernes, 3 de julio de 2009
3/VII/73
palpo gusto escucho y veo
todavía no lo creo
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía dudo
de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.
miércoles, 1 de julio de 2009
1 de julio del 74
Al otro día vimos en la tele todas las imágenes que ya conocemos. Y era una tristeza... Era una angustia la que salía de esa multitud bajo la lluvia. Mi tío, que de peronista no tenía ni ahí, nos contó mucho después que hasta sintió que lo llenaba una depresión que no podía definir.
Vos veías tanta gente empapada, tantos viejos, pibes, minas de los barrios, y te preguntabas. Te preguntabas por qué tanta tristeza, si ya todos sabíamos que el viejo había venido a morirse. No alcanzábamos quizá a ver que el pueblo había empezado a percibir que la que se venía era peor que todo lo que habían soportado. Había empezado a darse cuenta que los días fríos y lluviosos de julio del 74 nos iban a envolver por años.
Y hoy dando vueltas encontré la foto de ese colimba que lloraba como loco. En aquel momento me quedó grabada.¿Qué le estaría pasando por la cabeza al colimba empapado por la lluvia? ¿Qué esperanzas guardaba? ¿Qué sueños se le estaban haciendo trizas? No sé...
Estoy convencida de que ese día nuestra angustia no era por el viejo...Era porque ya había pasado Ezeiza, y el 1 de mayo en la Plaza, y el túnel oscuro comenzaba a crecer alrededor.