Caminante no hay camino.....


contador

sábado, 28 de noviembre de 2009

Salió el nuevo maaaapaaaa....


Che, este Manuk es un genio. Y acá está la prueba. Científicamente probado: el mapa de los muchachis de Recoleta.

viernes, 27 de noviembre de 2009

You've got a mail!!!!


Yo lo recibí ayer...Vos no??? Si no lo recibiste no pertenecés...
PARO CIUDADANO EL 9 DE DICIEMBRE!!!! A la merde, me dije, ¿qu'est ce que c'est?

Sí, paro ciudadano en el que "...todos nos quedamos en nuestras casas. Debe ser como un domingo lluvioso de invierno. Nadie debe ir a trabajar, los comercios cerrar sus puertas, NO HACER NADA, no movilizarnos, ni cacerolazos, ni apagones, NADA, por ello no seremos ni más pobres ni más ricos por un día que dejemos de trabajar, pero lo van a sentir, será como esos asuetos sacados de la galera a que nos tienen acostumbrados o cuando los sindicatos (colectivos, subtes, trenes, etc. + piqueteros + agrupaciones de izquierda) deciden por demostraciones de poder o por apetencias personales, o en apoyo de una decisión política, hacer huelga. Sería la primera vez en la historia que el pueblo de por sí les “gane” a ellos..."

Che, no lo puedo creer. Que la derecha esté convocando a este delirio... ¿Qué ciudadano, dueño de empresa, kiosquito, taxista, clasemedia, lagente, va a decir, con la solidaridad que los caracteriza: dale, quedate en casa, no vamos a ser ni más pobres ni más ricos ?
Como los asuetos sacados de la galera, sí, viejo, los feriados largos en los que lagente se raja a los countrys y a la costa.
Igualito que las huelgas de los trabajadores, igualito.
Y encima son "elpueblo" ahora, "el pueblo de por sí", una nueva categoría para los sociólogos. ¿Cómo, no eran lagente? ¿En qué momento cambiaron?

Vayamos a los por qué. Porque elpueblo no para sin motivo, todo un día "como si fuera un lluvioso domingo de invierno para quedarse en casa" (hijo de puta, cómo se nota que no sabés lo que es un domingo lluvioso fuera del salón con chimenea de tu country).
Las razones:
1). Manejo discrecional de los fondos públicos. No se animan a decirlo, pero ahí entra la guita del Anses que se dilapida con los jubilados K. Esos, esos a los que Cavallo cagaba de hambre. Y la asignación por hijo para que los cabezas se sigan rascando en sus casas.
2).Pseudo democracia en estos 25 años: ah, ahora entendí. La democracia fue entre el 76 y el 83.
3). Crecimiento de la deuda externa que llegaría a 45.000.000.000.000.000.000.000.000.000 millones de dólares (acá colaboraron Pinolito y sus expertos)
4). Demasiados senadores, diputados, legisladores en Buenos Aires, todos viviendo de nuestra platita. (La dictadura en eso era ahorrativa)
5).La inseguridá, la sobreprotección a la delincuencia, los derechos humanos para los asesinos...( Sabés qué, a los genocidas también se les respetan sus derechos humanos. Por eso se los juzga y no se anda pidiendo que los maten a todos).

Y así sigue esta hermosa cartita, que termina invocando nuestro coraje ciudadano para que se vayan todos los que se tienen que ir, y los que vengan (el 10 de diciembre) sepan que encontrarán una ciudadanía movilizada (?) ¿Cómo, no era que no nos movemos de casa como en un domingo lluvioso?
Patético, patético, patético... Y además cristalino: la solidaridad de los tilingos, defendiendo su bolsillito y analizando el mundo desde la pelusa que se le junta en el ombligo.
El simpático mail termina diciendo " soy un ciudadano argentino como cualquiera de ustedes..."
Noooo, a mí no me metas en esto, viejo. Yo no soy como vos. Yo no espero que otro haga el trabajo sucio mientras me quedo en casa. Yo no adhiero a un vergonzante paro ciudadano, porque ya no están los milicos para darte bola. Y, mal que te pese, aunque sueñes con el 2001, otros son los tiempos, otras son las condiciones, otra es la historia.
Andáaa. Te gastaste una estampilla y yo lo voy a tirar a la basura...¿Vistessss?(como suelen decir ustedes, la buena gente que cree que es sumamente culta, porque seguramente vos lo votastesssss a Mauri,¿no?)

martes, 24 de noviembre de 2009

Tiempo de lluvia

Cuchá, cuchá acá, mientras disfrutás de esta lluvia que sigue y sigue. ( es una canción que el Nano cantaba en una peli malíiiiisima del 70 "Tiempo de lluvia". La mina era una turista nórdica que se enamoraba de un catalán en el verano mediterráneo. La canción era porque se tomaba el raje y lo dejaba. Un fiasco. Pero qué querés. A mí me gustaba).

Ahora si querés realmente disfrutar al Serrat que todos amamos, acá, acáaaaaa.

lunes, 23 de noviembre de 2009

La realidad


"La única verdá es la realidá" decía el Pocho. O capaz que lo había sacado de algunas de sus lecturas, de esas que le proveían cantidad de frases que heredamos. Y como la única verdá es la realidá: llueve desde hace casi doce horas, che. Sí, llueve por acá. Nos habíamos olvidado del sonido de la lluvia en las chapas del techo, los gorgoritos entre las piedras del jardín, los ladrillos chorreados, los perros que no quieren salir porque no son estúpidos y eso de mojarse con las gotitas se lo dejan a los humanos románticos. Y hacen sapito las gotas, ergo, va a llover más todavía.
Mirá que se la pasaron paseando vírgenes, rezando, conjurando...Y nada. De repente, cuando se le cantó, empezó a llover. Sin temporal, sin viento, sin rayos. Lo que es una suerte. Ya no vamos a mirar con envidia a los porteños con esos diluvios y esos parques todos verdes que suelen tener. Ahora llueve por acá.
¿Qué dirá el poder mediático local? Llovió...pero lamentablemente paró. Llovió...y hay kaos de tránsito en el microcentro. Por la lluvia están todas las escuelas inundadas. La lluvia llegó demasiado tarde: tres vacas murieron de sed en el campo. Las gotas no alcanzaron a llenar el Dique Paso de las Piedras. Crisis del agua: llovió y paró.
Que la shuuuupen, diría el 10: yo me voy a dar una vuelta y sin paraguas. Que para eso es la lluvia. Para mojarte.

Y de paso, qué buena oportunidad para leer esto del Negro Dolina, sacado de acá (porque es de buena gente citar las fuentes, no hagamos como Bucay).


ALEJANDRO DOLINA NOS ACLARA UN POCO LA COSA...

Con los medios de comunicación hay que tener un poco de sana desconfianza, es lo mismo que sucede con los espejos.Uno crece en la inteligencia de que los espejos devuelven fielmente la imagen de quien se les pone adelante. Y es una convicción muy fuerte. Hasta que por ahí, alguien, alguna mano malvada empieza a fabricar espejos que deforman. Espejos que no devuelven la verdad, sino la mentira.Y entonces me levanto la mañana, me voy a afeitar y uno que se sabe morocho, ve en el espejo una persona rubia distinta a la que es uno. Y así y todo se le tiene tanta confianza a los espejos que incluso prevalece esa confianza por encima de la realidad.Y uno que ha vivido una morocha vida durante tantos años, entre amigos morochos y de familia morocha se ve rubio en el espejo y empieza a asumir rubias conductas. Porque desde chico nos han dicho que el espejo no miente.Yo creo que ha llegado el momento de desconfiar del espejo.Y de pensar que a lo mejor, los fabricantes de espejos tienen intereses inconfesables que nosotros no conocemos. Intereses entres los cuales figura que nosotros nos creamos rubios y pensemos como rubios, siendo que somos morochos.Sería mejor, entonces, más que mirar el espejo; preguntarle al de al lado, al que también es morocho y que vive como nosotros a ver como nos ve, que le pasa, que siente. Y mirar entonces mas la realidad y menos el espejo de la realidad.Porque a veces ese espejo está tendenciosamente modificado y es definitivamente fraudulento.

sábado, 21 de noviembre de 2009

KE KAOS!!!!!


Lea, vecina, lea acá lo que nos está sucediendo. Nos están robando la K. Y naaadie hace naaada. Ni el koala nos va a quedar. ¿Se puede creer semejante impunidad? Ahhh, con los militares estábamos mejor....

jueves, 19 de noviembre de 2009

SEGURIDÁÁÁÁÁ

Fundación de la inseguridad ciudadana

La democracia griega amaba la libertad, pero vivía de sus prisioneros. Los esclavos y las esclavas labraban tierras,
abrían caminos,
excavaban montañas en busca de plata y piedras,
alzaban casas,
tejían ropas,
cosían calzados,
cocinaban,
lavaban,
barrían,
forjaban lanzas y corazas, azadas y martillos,
daban placer en las fiestas y en los burdeles
y criaban a los hijos de sus amos.
Un esclavo era más barato que una mula. La esclavitud, tema despreciable, rara vez aparecía en la poesía, en el teatro o en las pinturas que decoraban las vasijas y los muros. Los filósofos la ignoraban, como no fuera para confirmar que ése era e destino natural de los seres inferiores, y para encender la alarma. Cuidado con ellos, advertía Platón. Los esclavos, decía, tienen una inevitable tendencia a odiar a sus amos y sólo una constante vigilancia podrá impedir que nos asesinen a todos.
Y Aristóteles sostenía que el entrenamiento militar de los ciudadanos era imprescindible, por la inseguridad reinante.


Eduardo Galeano, Espejos, Una historia casi universal.

martes, 17 de noviembre de 2009

Verano del 58

Foto en la playa de Necochea. Vacaciones de un ferroviario y su familia...Y mi último verano de analfabeta.
Porque a partir de esa sonrisa feliz a la orilla del mar, se iba a abrir el camino maravilloso que aún sigo caminando. Ahí, metida en el agua salada, contenta con mi papá al lado, todavía me faltaba llegar al derecho fundamental de todos los chicos: leer y escribir.
Yo me miro y me veo así, quizá ansiosa, quizá asustada, pero nunca indiferente. Ya los Reyes, que en nuestra niñez eran de lo más prácticos, me habían traído el guardapolvo y el portafolios de cuero. Ya estaba instalado en mi casa el libro Upa. Ya mi mamá había encontrado una maestra que durante febrero me iba a enseñar a leer y escribir con el libro Pimpollito. ¡Porque era todo un bajón entrar en Primero Inferior sin saber nada!.¡Qué iban a pensar de la familia de esta piba que no sabe leer! Y porque yo no le daba ni cinco de pelota a mi vieja cuando pretendía enseñarme las letras.
No me acuerdo mucho de esas, mis últimas vacaciones analfabetas. Salvo el olor del aceite bronceador, la arena que picaba y los negocios de la rambla vieja. Debemos haberlo pasado muy bien, a excepción de mi hermano, que gritaba como cerdo en camino al matadero, cada vez que lo acercaban a diez metros del agua.

Seguramente la pasamos muy bien...

Pero de lo que sí estoy segura hoy es que ese fue el último verano sin la magia de la lectura, sin el placer de la escritura. En los veranos que vinieron después ya estaba prohibido aburrirse. ¡Cómo te ibas a aburrir si no te alcanzaba la vida para leerte todo lo que se te cruzaba!
Hoy me miro ahí, a la orilla del mar con mi viejo, tan feliz, tan inconsciente, tan naturalmente analfabeta que dejará de serlo porque así debe ser...
Y se me ocurre que así es como se ve un derecho, esa es la esencia de un derecho: no se discute, no se nota, es casi natural. Está ahí, debe estar ahí como el agua, como la arena, como el sol.

Así son, así deben ser los derechos de los chicos, en estos tiempo en que algunos cacareadores se la pasan hablando, y sólo hablando de ellos.
No hay que hablar tanto. Alcanza con hacerlos cumplir. Saber que todos los chicos puedan estar así, despreocupadamente analfabetos que van a dejar de serlo, porque hay un Estado que les garantiza que sí, que efectivamente, que van a dejar de serlo. Tan tranquilamente analfabetos porque saben que tienen las puertas abiertas de la educación pública.
Porque no otra cosa, creo, es un derecho...Que todos, después de pasados los años puedan escribir lo que yo les escribí a mis compañeros de Primero Inferior cuando nos encontramos siendo ya unos cincuentones:

"Aquellos niños del 58, que, con seriedad solemne, mojaban sus plumas cucharita en los tinteros del pupitre, para escribir trabajosamente su nombre y apellido en un cuaderno que debía ser, pese a todo, impecable. Aquellos niños del 58, que se acomodaban frente al fotógrafo en el patio de la escuela, para que todos supieran lo que ellos ya sabían: el mundo hasta entonces inaccesible de las letras y los números, la cultura, la identidad, se lo estaban empezando a meter en el bolsillo."
Aquellos niños del 58, educados en la escuela pública, que crecimos y fuimos, algunos, muchos, la generación del 70 que quería cambiar el mundo. Porque, sí, de alguna manera quizá inexplicable, de esa escuela pública, nos venía el conocimiento de saber y ejercer qué era un derecho.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Por fin!!!!


Guillermo Federico Madueño, ex juez federal de Bahía Blanca. Leemos su prontuario acá. Y agregamos: a todos los alcanza el brazo lento pero inexorable de la Justicia, aunque algunos lo burlan muriéndose antes, o enloqueciendo, o haciéndose pasar por tales.

A él le llegó, en el día de hoy. Y va a tener que responder, con esa sonrisa irónica que se le va a borrar. Va a responder él y sus secretarios en ese entonces, tan responsables como su patrón.

Y también, además de todo, va a tener que responder por haber ejercido la no justicia en la investigación del crimen del Watu, secretario de la Federación Universitaria, asesinado por las bandas armadas de Remus Tetu el 3 de abril de 1975 en el ala de Ingeniería de la UNS. Quienes fuimos testigos y declaramos frente a tu desidia y a la de tu secretario, actual docente de la carrera de Derecho (?), no nos olvidamos, Madueño.

Hoy te agarraron. Aunque no lo puedas creer, de la justicia no se escapa, aunque tarde tanto.

martes, 10 de noviembre de 2009

Oooojoooo


"Cuando en la Argentina, los poderosos están "atónitos" y dicen que el país está desquiciado es porque la violencia golpista está por dar su zarpazo." La sangre derramada, José Pablo Feinmann
¿Qué haremos las almas buenas, encerradas en nuestro purismo y en nuestras impecables intenciones, con los zapatitos brillantes de nunca haber caminado el barro de la historia?

sábado, 7 de noviembre de 2009

Ehhhhh?

Se abre la lista de oradoressssssss........ (a ver, opinen, muchachis, que no hay moderador en esta asamblea)

viernes, 6 de noviembre de 2009

Día del canillita


¿Sabés qué? Si respetás al kiosquero que te deja mirar de arriba las revistas. Si sos amigo del caniya que te lleva el diario a la madrugada y lo mete por la ventana. Y encima te los cobra todos juntos cuando vos cobrás. Si te parece que es un trabajo tan digno y tan necesario como el tuyo...¿Sabés qué? Mañana no compres un puto diario. Para que los putos patrones mediáticos hagan un puto bollo con ellos y se los metan en sus putos ortos. He dicho. Hoy estoy escatológica.
Los caniyas se lo merecen.

Leer por leer


Desde siempre me preocupó incentivar en mis alumnos el placer de la lectura. Aún en estos tiempos difíciles donde el zapping mental no ayuda para nada. Aún en estas épocas donde son muy pocos los chicos que crecieron escuchando leer a los mayores. Aún en este siglo en el que no hay material de lectura en la casa del pobre, pero tampoco lo hay en la casa del que más tiene. Porque la cultura del consumo no se dirige a los libros, quizá porque el consumo tenga como regla de oro la precariedad en el tiempo de lo que compramos. Y el libro no es eso...
Y cómo contagiar el placer de leer si quien debe contagiarlo está vacunado y no lee. Cómo explicar qué mundo se abre en nuestras múltiples lecturas, si no está el ejemplo de las lecturas múltiples.
Por eso, casi a la medianoche, intrigada por el título que habla de esa hermosísima novela de Eco, me zambullo acá. Y me encuentro con un oasis. Que nació siendo un proyecto de lectura en una escuela de Santa Fe. Y me felicito por haber entrado.
Che, qué cosas valiosas hay ahí. Qué cantidad de material que mañana empiezo a llevarme a la escuela.
Y digo, con Silvio Rodríguez:
"Sólo el amor
convierte en milagro el barro.
Sólo el amor
engendra la maravilla"...
Vamos a leer, muchachis...Nada reemplaza a este placer que atraviesa los siglos, los pueblos, las generaciones.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Felipe

A raíz de esta foto publicada acá...






Sepan todos que ese valiente es mi perro Felipe, o sea este que ven...



Y que nadie se le acerque porque es capaz de montar hasta al Tigre de la Malasia. Ese es Felipe, el ladrador de la bahía.
¿A que entraron al blog pensando que era otro Felipe, el Feli Pillo? Nooo, este es el fiel, el valiente, el amigo Felipe. El otro...un traidor impresentable.

martes, 3 de noviembre de 2009

Un cuento


MANDALA

A mi tía Paca, que vivía en un conventillo


El barco navegaba tranquilamente por esa extensión de mar sucio que no habían visto en otro lado. Muy marrón, muy lleno de tierra. No era el mar de Vigo, desde donde habían salido su madre, el hermano que ya era cura, Amador el panadero y ella, Paquita, la adolescente.
- Ahí está Buenos Aires- dijeron algunos en la cubierta del barco.
Buenos Aires estaba ahí, al fondo de ese camino marrón. Buenos Aires y las palabras escritas por su tío Rufo Sastre, que había venido unos años antes y que los animaba a abandonar la miseria de su pueblo en Castilla.
Buenos Aires le parecía imponente a sus pocos años. Y era en realidad así, aunque tardara algún tiempo hasta salir del Hotel de Inmigrantes para tocar la inmediatez de la ciudad.
En el laberinto porteño lograron armar su casa en un conventillo de la calle Pozos al 1000. Eran los años 40, la ciudad moviéndose al ritmo de cambios que se olfateaban en el aire, como ese olor a café hervido en las mañanas, que venía de las piezas del fondo y de los bares vecinos.
La avenida Entre Ríos quedaba a espaldas del edificio. A veces, con mucha atención, desde el patio mínimo, podían escucharse los tranvías que subían hasta el Congreso y bajaban hasta Constitución.
Una habitación enorme para cuatro personas. Una cocinita de chapa en el primer patio. El baño antiguo compartido con los inquilinos del fondo. Eso era todo. Ella no sabía si era mucho, comparado con la casa que habían dejado en Zamora; o si era poco, comparado con la vida que habían dejado allá.
Y en esos días de incertidumbre, de curiosidad, de nostalgia, de tristeza multiplicada por cuatro, la Paca había quedado encandilada por el dibujo del piso del baño, un piso de mosaicos de colores que, en figuras geométricas, marcaba el centro justo, justo donde había que pararse para que el espejo le devolviera su imagen.
Al principio no lo notó, con la preocupación de buscar el lugar adecuado para poder verse la cara y el pelo en el cuadrado miserable. Si se corría un poco, solo podía ver la punta de la oreja. Si se ponía en puntas de pie, se le veía nada más que el cogote.
-Eso ocurre porque eres pequeña- decía su madre.
En realidad, si no hubiera sido una castellana, tendría que haber dicho petisa. Porque pequeña, pequeña no era. Si ya tenía casi dieciséis años. Era petisa y tenía que contorsionarse para llegar a ver su reflejo.
Entonces, un día se dio cuenta de que no era necesario el ensayo y el error. Se dio cuenta de que si ponía los dos pies juntos en el lugar exacto del centro del dibujo, la imagen aparecía en el espejo. Caprichos de la construcción de un piso de mosaicos, que le servían a una adolescente petisa.
Empezó a trabajar en una fábrica de pijamas de hombre, casi al mismo tiempo en que su hermano cura se enfermó y se murió. Amador era el preferido de la madre. Amador, que extendía los brazos sobre la cabeza para que le sacaran la camiseta, como el niño que había sido pero que ya no era. Porque un buen día encontró a Rufa, otra castellana como él, que trabajaba en la radio de Jaime Yankelevich, como empleada de limpieza; se casó con ella y se fueron a vivir por la avenida Independencia, en otro conventillo.
Paca trabaja en la fábrica de pijamas durante todo el día, para ella y para la madre que la espera en la pieza de Pozos al 1000. A veces pasean por el Zoológico, cuando van a visitar a esas primas, también solteronas, que viven por Palermo, que ellas sí, tienen una casa propia. A veces suelen ir al puerto, a comerse unos bocaditos de pan y salame, mientras miran los barcos quietos, las sogas que los sujetan, los marineros, el agua marrón al filo del muelle.
Sin embargo, lo que la sigue atrayendo como un imán es el dibujo del piso del baño. No sólo porque situarse en el centro todavía hoy, que tiene más de treinta años, le sirve para que su imagen aparezca en el espejo. Sino porque, además, ese dibujo exacto, circular, tranquilizador, la lleva a otros lugares, a otras sensaciones, a escaparse del conventillo y la fábrica de pijamas, a correr por el monte en una mañana de otoño.
Parada en el centro del baño, temblando por el frío del invierno en la húmeda Buenos Aires, ella busca entre los dibujos de colores la casa, el humo de la chimenea, la felicidad de la infancia abandonada. Y esa sola sensación la ayuda a tomarse el tranvía en la madrugada helada para llegar a la fábrica y trabajar hasta la tarde.
Por supuesto que no conoce a alguien que se llama Jorge Luis Borges, que nació y vivió a dos cuadras de donde viven sus primas, Tránsito y Felipa. Por supuesto que ni idea tiene de Borges, de su Aleph, de la casa en el barrio del sur en donde estaba el punto que contenía a todos los puntos del Universo.
No lo sabe…Ella tiene, en el baño compartido del conventillo, un piso con laberintos circulares que la ayudan, la sostienen, la empujan a seguir en donde ella ya no quiere seguir.
Junio es muy frío en Buenos Aires. Las piezas de los conventillos son heladeras. Y levantarse tan temprano es un suplicio para el cuerpo y para los sabañones de sus manos de dedos cortitos. Pero hoy no importa…Hoy Paca va a ir con gusto a la fábrica porque en la pausa del mediodía se va a dar el gusto, junto con su amiga Lola, de pasearse por la Plaza de Mayo. Es como una escapada de estudiante. Es una trampita que ella misma se hace para acumular ganas de seguir viviendo. Ni a su madre le va a decir. Es un secreto guardado que le hace bien.
Entra en el baño sonriendo y, como desde aquel día que llegó, pone sus dos pies en el lugar exacto. Antes de ver su cara dormida en el espejo, mira…Mira el dibujo de las baldositas del piso. Mira y una inquietud que no sabe definir la invade. Mira y no ve lo que siempre encontraba: su monte, la chimenea, el cielo…Mira y el dibujo es grisalla…
Es sólo un momento…Cómo va a ver los colores, se dice ella misma convenciéndose, si la luz del baño alumbra cada vez menos.
-¡Qué colores vas a ver, Paca!- murmura y se ríe, mientras se peina apresurada para irse.
Ella no sabe del Aleph, ni de mandalas, ni de destinos…Sabe que hoy, por fin, con casi treinta y dos años, se va a hacer una escapadita a la hora del mediodía para pasear entre las palomas de la Plaza de Mayo. Y no se lo contó ni a su madre. Y lo está disfrutando tanto…
Con la Lola tomaron el colectivo pensando que llegarían a la Plaza alrededor del mediodía. Tenían que bajar justo enfrente, sobre Rivadavia, en la misma cuadra del Banco Nación. Y, como sucedía cada vez que se encontraban, los minutos no les alcanzaban para poder contarse todo lo que pretendían.
El colectivo fue más que puntual. Llegó a la Plaza a la hora en que tenía que llegar. Y el mandala de la Paca, el dibujo en el piso del baño, tuvo la exactitud que nadie hubiera podido anticipar.
Era el 16 de junio de 1955…Y las primeras bombas de los aviones navales comenzaban a caer sobre la Plaza…

lunes, 2 de noviembre de 2009

Musotto

Para mi amiga Nilda, que me lo pidió. Este sí que era un maestro, y se murió el 11 de setiembre...Ayer hubo un homenaje en el Teatro Municipal con batucada por la calle al final. Se lo merecía. Este bahiense tan poco bahiense. Que se fue, la peleó, tocó con el Caetano Veloso y por eso, porque somos tilingos, sólo cuando volvió con su fama en la valija, Bahía lo reconoció como propio.
El tema Botellero es uno de los mejores. Y el botellero que pregona es real. El tipo, un genio...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Insalubridad


No es el viento. No es la sequía recurrente. No es la proximidad de la valiente muchachada de la Armada. No es el Quinto Cuerpo y la Escuelita. No es el Polo Petroquímico. No es la ría contaminada. No es la tilinguería que inunda las calles. No. Es esto lo que hace insalubre la vida por estos parajes. Y es sólo una muestra de lo mucho que todavía queda por debatir. Para ustedes, muchachis, que opinan que la democracia es tranquilidad de agua de estanque, silencio de los inocentes, consenso amplísimo hasta con nuestros enemigos. Para ustedes. Para que me expliquen cómo, todavía, tenemos que lidiar con ciudadanos notables, editorializando con semejante odio elitista.