Caminante no hay camino.....


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martes, 29 de junio de 2010

Dura lex...¿sed lex?


¿Tenés algún hijo o hija estudiando Derecho? Mmmmmm. A mí me daría vergüenza que terminaran en ESTO. O que avalaran ESTO . Bariloche, Ernestina, monopolio, Justicia nunca investigada....Todo cierra.

Te lo digo otra vez: ¿Doctores en Derecho? Mmmmmm...

sábado, 26 de junio de 2010

Dieguito armando....


Qué cosa los periodistas. Qué cosa los futboleros. Qué cosa los opinólogos. Qué cosa los argentinos. Otra vez todos ellos armando a Maradona. Lo cortamos en pedacitos y lo volvimos a armar. Lo insultamos, lo negamos, lo despreciamos. Y de nuevo lo endiosamos. Qué cosa. Sólo un mortal, un pibe de Villa Fiorito. Uno de nosotros.


Dieguito
José Pablo Feinmann


Según su padre, que tal vez lo odiara, Dieguito era decididamente idiota. Según su madre, que algo había accedido a quererlo, Dieguito era sólo un niño con problemas. Un niño de ocho años que no conseguía avanzar en sus estudios primarios -había repetido ya dos veces primer grado-, taciturno, solitario, que apenas parecía servir para encerrarse en el altillo y jugar con sus muñecos: los cosía y los descosía, los vestía y los desvestía, vivía consagrado a ellos. Un idiota, insistía el padre, y un marica también, agregaba, ya que ningún hombrecito de ocho años juega tan obstinadamente con muñecos y, para colmo, con muñecas. Un niño con problemas, insistía la madre, no sin deslizar en seguida alguna palabreja científica que amparaba la excentricidacl de Dieguito: síndrome de tal o síndrome de cual, algo así. Y no un marica, solía decir contrariando al padre, sino un verdadero varoncito: ¿acaso no amaba el fútbol? ¿Acaso no se prendía a la tele siempre que Diego Armando Maradona aparecía en la mágica pantalla haciendo, precisamente, magia, la más implacable de las magias que un ser humano puede hacer con una pelota? Dieguito se deslizaba por la vida ajeno a esos debates paternos. Se levantaba temprano, iba al colegio, cometía allí todo tipo de errores, torpezas o, siempre según su padre, imbecilidades que luego se expresaban en las estólidas notas de su libreta de calificaciones, y después, Dieguito, regresaba a su casa, se encerraba en el altillo y jugaba con sus muñecos y con sus muñecas hasta la hora de comer y de dormir.
Cierto día, un día en que incurrió en el infrecuente hábito de salir a caminar por las calles de su barrio, presenció un suceso extraordinario. Fue en un paso a nivel. Un poderoso automóvil intentó cruzar con las barreras bajas y fue arrollado por el tren. Así de simple. El tren siguió su marcha de vértigo y el coche, hecho trizas, quedó en un descampado. Dieguito no pudo dominar su curiosidad. ¿Quién conduciría un coche tan hermoso? Corrió -¿alegremente?- a través del descampado y se detuvo junto al coche. Sí, estaba hecho trizas, negro, humeante y con muchos hierros retorcidos y muchísima sangre. Dieguito miró a través de la ventanilla y se llevó la sorpresa de su corta vida: allí dentro, algo deteriorado, estaba él, el hombre que más admiraba en el mundo, su ídolo.
Una semana después todos los diarios argentinos dedicaban su primera plana a un suceso habitual: Diego Armando Maradona llevaba más de diez días sin acudir a los entrenamientos de su equipo. Hubo polémicas, reportajes a variadas personalidades (desde ministros a psicoanalistas y filósofos) y conjeturas de todo calibre. Una de ellas perseveró sobre las otras: Diego Armando Maradona había huido del país luego de ser arrollado por un tren mientras cruzaba un paso a nivel con su deslumbrante BMW. ¿A dónde había huido? Muy simple: a Colombia, a unirse con el anciano y desfigurado Carlos Gardel, quien aún sobrevivía a su tragedia en el país del realismo mágico. Ahora, desfigurados horriblemente, los dos grandes ídolos de nuestra historia se acompañaban en el dolor, en la soledad y en la humillación de no poder mirarse a un espejo. Ellos, en quienes se había reflejado el gran país del sur.
En medio de esta tristeza nacional no pudo sino sorprender al padre de Dieguito la alegría que iluminaba sin cesar el rostro del niño, a quien él, su padre, llamaba el pequeño idiota.
¿Qué le pasaba al pequeño idiota?, le preguntó a la madre.
"No sé", respondió ella. "Come bien. Duerme bien." Y luego de una breve vacilación -como si hubiera, demoradamente, recordado algún hecho inusual-, añadió: "Sólo hay algo extraño". "Qué", preguntó el padre. "No quiere ir más al colegio", respondió la madre.
Indignado, el padre convocó a Dieguito. Se encerró con él en su escritorio y le preguntó por qué no iba más al colegio. "Dieguito no queriendo ir al colegio", respondió Dieguito. El padre le pegó una cachetada y abandonó el escritorio en busca de la madre. "Este idiota ya ni sabe hablar", le dijo. "Ahora habla con gerundios." La madre fue en busca de Dieguito. Le preguntó por qué hablaba con gerundios. Dieguito respondió: "Dieguito no sabiendo qué son gerundios". Transcurrieron un par de días. Dieguito, ahora, ya casi no bajaba del altillo. Sus padres decidieron ignorarlo. O más exactamente: olvidarlo. Que reventara ese idiota. Que se pudriera ese infeliz; sólo para traerles desdichas y papelones había venido a este mundo. Sin embargo, hay cosas que no se pueden ignorar. ¿Cómo ignorar el insidioso, nauseabundo olor que se deslizaba desde el altillo hacia el comedor y las habitaciones? ¿Qué diablos era eso? ¿A quién habrían de poder invitar a tomar el té o a cenar con semejante olor en la casa? Decidieron resolver tan incómodo problema. "Esto", dijo el padre, "es obra del pequeño idiota". Llamó a la madre y, juntos, decidieron emprender la marcha hacia el altillo. Subieron la estrecha escalera, intentaron abrir la puerta y no lo consiguieron: estaba cerrada. " ¡Dieguito! ", chilló el padre. " ¡Abrí la puerta, pequeño idiota!" Se oyeron unos pasos leves, giró la cerradura y se abrió la puerta.
Dieguito la abrió. Sonrió con cortesía, dijo "Dieguito trabajando", y luego se dirigió a la mesa en que yacía el ídolo nacional ausente. Sí, era él. El padre no lo podía creer: no estaba en Colombia, con Gardel, sino que estaba ahí, sobre esa mesa, y el olor era insoportable y había sangre por todas partes y el ídolo nacional ausente estaba trizado y Dieguito, con prolija obsesividad, le cosía una mano (¿la mano de Dios?) a uno de los brazos. Y la madre lanzó un aullido de terror. Y el padre preguntó: "¿Qué estás haciendo, grandísimo idiota?" Y Dieguito (oscuramente satisfecho por haber sido, al fin, elevado por su padre a los dominios de la grandeza) sólo respondió: -Dieguito armando Maradona.

lunes, 21 de junio de 2010

Primer año


Che, casi se me pasa el aniversario. Yes...hace un año que escribo este bloguito. Me acuerdo de la gripe china, las vacaciones forzadas, yo caminando a la siesta en el Parque Independencia...Había empezado a leer el blos de la Nilda. Y me dije...¿por qué no? Las frases de Althusser y Sartre ya me daban vueltas hacía un tiempo. Me dije...un blos que hable de lo que leo, que es como decir lo que pienso y lo que siento. Porque las lecturas no son inocentes, como no lo son ninguna de nuestras supuestas libres elecciones. Y hablando de elecciones...Faltaba ahí para llegar al 28J. Y yo ya estaba repodrida de escuchar, escuchar, escuchar y nunca poder decir...Tonce dije...voy a decir en un blos. Que nadie va a leer, salvo la Nilda y alguno más por ahí.

¡A la pipeta! fue un dicho que me gustó siempre. Y su remedo negrolmediano ¡A la pipetuá!. Bueno, metámosnos en el Google y veamos cómo es esto del blog.
Mes amis. No pude parar. Y la primera vez que me ví en el blogroll (qué, no sé siquiera si se dice así) de tipos grossos como el Goliardo, como la República Unida de la Soja, como el Pensando la Argentina, como el Sidra, pan dulce y alpargatas, y todos, todos los que también están ahora en mi blogroll, el sillón de la compu me resultó chico pa mi orguyo. Che, ¡a la pipeta!, estoy ahí.
El otro día se hace mi seguidora y comenta el post del bombardeo a la Plaza nada menos que la Tani, sí, la de Aluvión Zoológico. No lo podía creer. Una mostra como la Tani...
Así que deben ser los manes que convoqué como padrinos de esta pipeta argentina: el Che y el Julio...A los que vuelvo siempre que puedo,porque querer, querría siempre. Pero no es cuestión, vio, doña Rosa, de atiborrar al auditorio.
Acá estamos entonces, con una caterva (como decía el viejo Filloy) de amigotes de la blogósfera, a los que dedico este primer año. Con veinte mil, yes!!!, veinte mil visitas , con cuarenta y nueve que me hacen el aguante, con casi trescientas entradas...A la merde, che. Los espero en la partusa. Ya saben que nosotras, las chicas de la Fede, traemos los lentos.

domingo, 20 de junio de 2010

Belgrano


No tuvo suerte Manuel Belgrano. Tiene menos estatuas que el Zorro y que el Padre de la Patria. Se quedó en el billete de 10 pesos, cuando tendría que estar, por lo menos, en el de cincuenta. Algunos se ríen todavía de su sobrenombre. "Cotorrita", por los abalorios verde cotorra que solía agregar a su traje militar, o quizá por esa voz finita que contrastaba con la del Indio. Porque el Indio hubiera hecho muy buen papel en las óperas de Europa, tan buena voz tenía: metálica, militar, fuerte...Cotorrita no. Cotorrita no era militar. Siempre me gustó poner énfasis en el hecho de que fue militar por obligación. Era abogado, era economista, era uno de los ideólogos fundantes de la Revolución de Mayo. Hizo propio el dicho: "lo que digo con la boca lo defiendo con el cuero".
Y era, ante todo, un tipo para el que la educación significaba el pilar fundamental de la República. Lugar a donde iba, lugar en el que, con cara inquisitorial, interrogaba sobre la cantidad, calidad de las escuelas, si es que las había. Cómo lo habremos ninguneado que la guita que dejó para las escuelitas del norte la gastamos alegremente y le pagamos la deuda a Manuel casi dos siglos después.
Imaginátelo. Imaginátelo con esa juventud revolucionaria reunida en lo de Vieytes. Con el flaco Moreno y su primo Castelli; con French y Berutti, a los que no se los podía parar ni con bolsas mojadas. Parecía que el Manuel era el más temeroso de todos. Parecía.
Se jugó todo. El prestigio, la guita, y casi casi el recuerdo...Nos enseñaron en la escuela que no tenía un mango para pagarle al médico y le dio su reloj. Que cuando lo enterraron en Santo Domingo ni lápida había, y su hermano salió corriendo a buscar la tapa de mármol de la cómoda que había sido de su madre. Que antes de morir el pobre dijo: "¡Ay, patría mía!", porque algo había que hacerle decir al muertito. Que en los 80, esa generación de preclaros hombres patrios, exhumaron sus huesitos para construir el mausoleo en el atrio. Y que dos afamados ministros se guardaron los dientes en el bolsillo. Graciadió unos periodistas se dieron cuenta. Y los ministros tuvieron que devolverlos. ¡Los dientes de Belgrano!
Siempre estuvo opacado por el aura dorada del Indio. Claro, el Padre de la Patria opaca a cualquiera, che. Pero sería hora de que empezáramos a ponerlo un poco más cerca. El que hizo la bandera, sí, esa bandera que no copió del cielo como nos decía Martha Salotti en el libro de lectura El árbol que canta. La bandera azul, azul dije y blanca que la historia fue destiñendo de a poquito. La bandera que hizo jurar y jurar mientras se comía los retos de la paqueta Buenos Aires.
Tuvo más derrotas que victorias. No cruzó montañas. No lo levantó lo suficiente la historia oficial.
Pero, qué sé yo... Hoy, en el día del padre, ¿no te hubiera gustado tener un padre como Cotorrita?.

sábado, 19 de junio de 2010

Frío y bohemia


Leyendo hoy el blos de la sirena, que ahora se castiga con amarula y dejó el vodka,me encuentro con el afamado comentarista Orasio Estevan Hálvares. Y como dice la sirena, el signore Fróid nos sigue por ahí, marcando de cerca. Orasio me trae a César Bruto, Fróid nada menos que al frío. Que hoy es un día así, putamente frío y lluvioso. Y la lluvia me se trae a lo bohemio, que anclao en Parí, sufrían temblando. Señora y Señore, con ustede el tesssto susodicho:


"...Cada ves quenpiesa a venir el fresquete y uno presisa ponermás cobijas y reforsar la comida y mandarse alguna copa de algo que raspe para que le venga la calor por adentro, yo menrrecuerdo de los pobre bohemiO que viben arriba de una buardilla, todos tiritando de frío, con el viento que les entra por todos los augeros de la paré, el agua que filtra por el techo, la niebe que senchufa por los vidrio roto...y, sin tener un triste pedaso de pan o de quesO para comer, endemientras que afuera, envueltos en sendas pieles y autos de lujo, rechondos de soculentos cabiares, malionesa de langostA y fine chanpane francais estrangero, los chanchos burguéS se rien con sus 2 mandíbula batiente y silban una canción ordinaria endemientras chupan un sigarro grande, caro y dibno de mejor causa, ¡Así es la vida del mundO, y así es el pago que le da la jente a los artistA que se sacrifican y se mueren de hambre, en lugar de agarrar y ir a trabajar por egenplo de mosoS labacopa en una tenporada de maR del platA y ganar sus buenos sinco a 6 mil $$$$$ con los cual conprarse un terrenito y venderlo a los 3 mes en 15 ó 20 miL, y despué comprar tirantes de fierrO en linieR y venderlo en barracA, ganando el siento mil quiniento por siento, o sea de que ante de un ánio el tipo no se deja cortar la cabesa por meno de 2 ó 3 miliones de $$$$$! Por eso yo, al ques boemiO le saco el sonbrero y lo almiro, y si un día tengo plata de sobra lo primero que hago es construir una buena casa de alto con muchas buardilia con lindas ventana, bastante calefasión para el inbiernO, uno heladera de cubitos para el veranO y una despensa siempre cargada de cosas de comer a todo pasto. ¡Cuesta tan poco haser felis a la jente!..."


CÉSAR BRUTO, en El libro de Buenos Aires, compilado por Álvaro Abós.


Para finalisar la recordasión de lo boemios, el Charles, oui, el Charles Aznavourian.... (a la merde, que eran sufrido los tipo que praticaban la bohéme).


Saludo a la bandera

Hubo un tiempo, mucho tiempo, en el que decir "esto es un saludo a la bandera" era significar mero formalismo, cumplir sin cumplir, aparentar lo que no vas a hacer o ser...Era el rechazo, tal vez, de tanta marcha militar, de tanta bandera saludada compulsivamente, de la apropiación de esa bandera que saludábamos con todo el corazón en la primaria.
Era un "saludo a la bandera" hacer que....y no hacer nada. Triste. Patético.
Y hubo un tiempo en que nos tuvimos que guardar la bandera porque de lo contrario nos identificaban con quienes no queríamos identificarnos. Porque parecía que los dueños del campo eran los dueños de la patria, de la bandera, de la escarapela, del himno. ¡Cómo le vamos a dejar a la zurda todos los símbolos de los padres fundantes!
Y a veces, muchachis de la zurda, hagámosnos un mea culpa...Más de una vez, como la Betty Sarlo, nos negamos a cantar el himno, a usar la escarapela, a valorar la bandera, por ese concepto torcido del internacionalismo proletario.
Tonce hoy, che, permítanme volver a cantar con este Salve Argentina que los pibes del 58, en el patio de la escuela 2 de Punta Alta, saludábamos a la bandera a las cinco de la tarde (a las cinco, ni a las cinco y diez ni, como ahora, a las cinco menos cuarto) , viéndola bajar de ese mástil que nos parecía enorme, gigante..
Permítanme decir que la bandera es nuestra, que la recuperamos, que no la vamos a regalar, que estamos orgullosos de ella. Y aún más orgullosos cuando la vemos con las banderas hermanas, mezclada con la bandera aymara, con los símbolos mapuches, con la estrella cubana...
Así que, vamo a ponerno de pie, chichís. Vamo a ponerno de pie y a saludar a la celesteyblanca. Un día antes. No importa. La saludamos todos los días del año. Porque somos argentinos y latinoamericanos.

viernes, 18 de junio de 2010

Chau, José


Encontrás necrológicas por todos lados hoy. Resulta que el Pepe Saramago era de puta madre para todos. Aún los que deberían esconder la cabeza entre los hombros si leyeran algunas de sus cosas. Pero, vio, vecina, queda bien ir al velorio del famoso aunque usté ni siquiera lo conozca, aunque usté ni siquiera comparta una mínima parte de lo que pensaba, aunque usté ni sepa qué puto libro escribió en su vida. Pero queda bien.
Por eso a mí no me da cosa, qué querés que te diga, decirle al Pepe chau desde mi bloguito. Porque lo he leído por años con una avidez que pocos me despiertan. Porque me encanta su estilo, la traducción que hace Pilar, tan impecable, tan sonora. Esos diálogos en los que no existen los guiones, ni los puntoyaparte, ni los puntoseguido.
Y me gustó siempre su polémica por las causas justas y, a veces, por las no tan justas. Porque un intelectual con las patas en el barro no siempre es infalible: porque es humano, porque es intelectual y, justamente, porque tiene las patas bien metidas en el barro...
Así que, como dice mi amiga la Nilda, aplaudamos todos para ayudarlo a subir al cielo. Capaz que el Julio ya le preparó el café de bienvenida, y don Mario se está sonriendo para poder charlar con él.

miércoles, 16 de junio de 2010

Cristo vence

Había chicos con sus guardapolvos y sus maestras. Había trabajadores. Había amas de casa. A todos ellos asesinaron los valientes muchachos de la Armada. Aquella vez mataron directamente. Porque estaban orgullosos de ser asesinos.Protegidos por el Cristo Vence pintado en las alas de los aviones. No tiraron a nadie al mar. Los bombardearon con total impunidad.
Acordate: había chicos, había amas de casa, había trabajadores, gente como vos y como yo que en ese momento salía del subte, había palomas...
Si vamos a hablar de violencia, si vamos a hablar de intolerancia, si vamos a hablar de dictadores, si vamos a hablar de genocidio...Sepamos de lo que hablamos.

lunes, 14 de junio de 2010

Malenas

Hace un ratito me llegó un mail de mi amiga Nilda, mi gemela de la blogósfera. Quería compartir con sus amigos un lindísimo video que hizo para su hija Malena, que hoy cumple 26. Mirá vos, Nilda, cómo seremos de gemelas, que la mía, digo mi Malena, los cumplió el viernes 11. Los 26 también. Y las dos viajaron a La Higuera casi casi simultáneamente. Y las dos tiene que sufrir una madre loca como no se encuentra así nomás.
Ella dice que el video es sólo para los amigos, íntimo. Y viendo el video me salta el Nano, el Nano cantando...Malena!!!!!
Así que, para las dos Malenas de 26 años, pero más que nada para las dos viejas, la Nilda y yo, que solemos lucir babero gigante con nuestros hijos...Ahí va... De pie, mes amis. Que el Nano canta un tango.

Ochenta y dos


Eso es lo que hoy hubiera cumplido. Era del 28, Dragón en el horóscopo chino. Un año más viejo que mi vieja, tres años más joven que mi viejo. Hubiera cumplido ochenta y dos. Y me acuerdo de lo que decía Mafalda: "..Si vivir es durar, prefiero una canción de los Beatles a un long play de The Boston Pops..."
El Julio lo dice mejor que yo:

YO TUVE UN HERMANO

Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.

Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Julio Cortázar

sábado, 12 de junio de 2010

Janis, la Rusita, Joan y la sirena avodkada...



La sirena subió hoy una hermosa poesía de nuestra Alejandra Pizarnik, y se acordó de Janis. Sí, la Joplin. Y como efecto dominó, se me vino al blog la Joan. Esa, que conocí porque le gustaba a Raúl, que tenía sus long plays y que never, pero never entendió una papa de english.

Saturday night, my friends, Joan Baez singing Janis.
De luxe, papá....



IN THE QUIET MORNING (for Janis Joplin)


In the quiet morning
There was much despair
And in the hours that followed
No one could repair

That poor girl
Tossed by the tides of misfortune
Barely here to tell her tale
Rolled in on a sea of disaster
Rolled out on a mainline rail

She once walked tight at my side
I'm sure she walked by you
Her striding steps could not deny
Torment from a child who knew

That in the quiet morning
There would be despair
And in the hours that followed
No one could repair

That poor girl
She cried out her song so loud
It was heard the whole world round
A symphony of violence
The great southwest unbound

¿Empezó el Mundial?


Ya lo creo. Hay más himnos que los días del Bicentenario. Los señores masculinos se pegaron al televicio ayer y seguirán así for ever. Y lo peor de todo, lo peor de todo es que me han arrojado a la orilla oscura y fría del exilio. O del autoexilio. Porque descubrieron que mi presencia impide los goles de Argentina. Y porque no se bancan tampoco mis comentarios. Y porque yo también estoy convencida de que si miro el partido perdemos como en la guerra.
No tengo razones futboleras, no tengo precisiones tácticas. Yo estoy y perdemos. Así de fácil. Por eso empezó para mí el ostracismo obligado. La oreja estirada para escuchar el gol de lejos. Las tareas impuestas para pasar el tiempo: ir al super vacío (si te descuidás ni una mísera cajera te atiende; todos en la trastienda alrededor del televicio), caminar por el parque cagándote de frío y escuchando que el único que ruge es el león, que encima este año se murió, salir al jardín a plantar las semillas de tomillo, hacer un café para pasar de refilón sin que se den cuenta y te saquen corriendo.
Es una lucha, hermana, es una lucha. Porque me gusta el fútbol, Boquita y Rosario Puerto Belgrano (los puntaltenses saben a qué me refiero) Y me gustan los mundiales, si son en democracia mucho más. Y tenemos un prode hecho con los dos cursos de la tarde en la escuela, prode que, hasta ahora, voy ganando. Aclaro que no lo quiero ganar porque soy yo la que voy a comprar la bolsa de chupachupa para los ganadores.
Y no me conforma mirar los otros partidos. Yo quiero ver a la Selección.
Ahora digo: si el Diego se va a pasear en bolas en el obelisco, este sacrificio mío de renunciar a ver el partido en directo, en el canal público, mientras se me hiela el trasero caminando por la calle desierta sin un perro que me siga, no es nada. Porque frío, lo que se dice frío, le va a entrar al Diego por todos los costados.
Que le vachaché, como decía el grande del Julio. Las cartas están echadas. Así que, condenada al exilio en mi propia casa, cambio el look del blog, relojeo cuando me dejan, leo al Esteban King y al Guille Saccomanno, preparo un trabajo sobre los textos de Barthes. Pero no te engañés...estoy escuchando...estoy escuchando...porque la cábala es NO VER el partido. A mí nadie me dijo que no lo puedo escuchar.
Eso sí....con el hocico cerrado. Porque en cualquier momento el exilio interior se transforma en externo si la boca se abre.
Qué me se importa!!! VAMO ARGENTINA TODAVÍAAAAAA.....

lunes, 7 de junio de 2010

Haiku de lunes


tarde de invierno
el nescafé se enfría
detrás del vidrio.

Periodistas


Nosotros somos objetivos pero no imparciales. Consideramos que es una cobardía ser imparcial, porque no se puede ser imparcial entre el bien y el mal. Nos llaman agitadores, pero eso no nos asusta".

Jorge Masetti

jueves, 3 de junio de 2010

Arafat

Arafat con el pueblo palestino. Siempre. Y aclaro que no es joda. No es joda asesinar niños. No es joda destruír hogares. No es joda ver morir a tu mascota junto a tu familia. No es joda.
A ver si nos animamos a decir las cosas por su nombre: el sionismo es genocida. Como lo fue el nazismo. Como lo fue la dictadura militar. Como lo es EEUU en Oriente.
A ver si nos animamos.

Palestina



esa paloma
relámpago de acero
en la tormenta

miércoles, 2 de junio de 2010

El doble


No me digas que nunca se te ocurrió que, en alguna parte, en algún lugar, en algún momento, vive tu doble. No el doble del espejo. Tu doble, con vida propia, con tu misma voz, tus mismos gestos, a lo mejor tus mismas costumbres. No me digas que no pensaste que a lo mejor sus días transcurren en la misma ciudad en la que vos vivís. Y que no te lo cruzaste ni una vez porque el destino es así de caprichoso.
¿No te pasó alguna vez que alguien te dijera...yo te conozco de algún lado? ¿Y ese lado fuera un lado al que vos en tu puta vida fuiste?
¿Qué pasaría si levantás el teléfono y escuchás del otro lado tu misma voz? A lo mejor no la reconocerías, porque ponete a pensar...¿alguna vez te escuchaste en la otra punta del teléfono?
¿Qué pasaría si te parás en un semáforo en rojo y desde tu auto ves, allá, en la ventanilla del bondi, una cara que es la tuya y que te mira? ¿Qué pensará esa cara que ve a su misma cara mirando desde un auto?
¿Qué pasaría si te tocan el timbre en tu casa, abrís, y te encontrás con vos mismo? ¿Quién sos vos? ¿El que está adentro o el que está afuera?
¿Lo invitarías a entrar para tomar un café? ¿Charlarías con él?
Y si resulta que es tu doble por fuera, pero diabólicamente tu opuesto por dentro...
Yo sueño que mi doble, a lo mejor, es una mina hueca, que repite lo que dicen Susana y Mirta, y que transcurre feliz pintándose las uñas que a mí no me crecen.
O que vive en el campo, y es una mujer menonita.
O que mañana toca en el Colón, porque es una gran pianista.
¿Qué encuentro sería ese encuentro?
¿Y, si per codere, como dicen los gringos, cambiáramos roles, vida, documentos?
Y yo me fuera al campo, con los menonitas.
O tuviera las uñas largas y mirara Susana mientras me las pinto.
O estuviera doce horas sentada al piano porque soy una pianista famosa.
Y de repente mi doble se muriera en la vida que es la mía. Y yo quedara presa para siempre en la vida de la otra...
¿Y si hubiera más de un doble? ¿Si fueran triples, cuádruples, quíntuples, repartidos por todo el mundo?
¿Quién sería el original? ¿Yo que pienso esto, o el que primero nació? ¿Quién sería el falso, todos ellos o yo?.
No me digas que no se te ocurrió alguna vez. A mí sí...Pero mucho más después de terminar el libro del Saramago, El hombre duplicado.
Y no lo sigo pensando,porque esta noche no duermo.

A la final, es mejor leer el Esteban King, porque vos sabés que los vampiros no existen...¿O sí????