Caminante no hay camino.....


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sábado, 27 de febrero de 2010

De esto te olvidaste, Lole.

"...Bajen las armas. Aquí sólo hay pibes comiendo..."

Y sigo con la escuela...


¿Quién me habrá mandado estudiar filosofía por correo? Para ser más precisos: un cursito (pensaba yo) de educ.ar sobre la filosofía y los decentes, digo, los docentes. ¡Qué cursito! Recién me bajo el módulo 1 y ya llené una carpeta con toda la bibliografía, los sitios de la internés, los artículos relacionados. Así que no me molesten, este fin de semana estaré tomando mate con Platón, los sofistas, la paideia, los monjes y guerreros medievales..para terminar convidándolo a Descartes con una birra helada. Si ven que me desequilibro, simplemente mátenme. No va a perder el mundo a una filósofa. Pa eso están Feinmann y Forster. A mí no me necesitan.

Che, fuera de joda...Cómo me gusta la filosofía...Alguna vez voy a hacer la Licenciatura, que es mi asignatura pendiente desde que terminé Letras. Uhhhhhh.

Y dale con la escuela...


Claro, como el lunes empezamos...(en realidad yo empecé el 15 de febrero y los santos niños secundarios empiezan el 8 de marzo) . Bueno, como el lunes empezamos, nada mejor que seguir educando. Hoy le toca a Eduardo. ¿No me creés? Leételo acá

Y después no digan que los docentes no enseñamos. Lo que pasa es que el niño Eduardo tiene la cabeza muy dura para aprender...

miércoles, 24 de febrero de 2010

Tarea para el hogar



¿Quién no tuvo que "hacer oraciones" con una lista de palabras que nos daba la maestra? ¿Quién no se rompió la cabeza pensando cómo meter esas palabras en la respectiva oración? Acá van algunos ejemplos, para que reflexionemos cuando la tarea propuesta tiene un cero en significatividad e interés para los alumnos. Son oraciones que nos hacen reír, ahora, pero que fueron escritas por serios niños preocupados por hacer la tarea del hogar.



-A veces me parece que estoy loco porque me pasan cosas raras.
-González es una señorita macanuda.
-Yo conozco una muchacha muy churra que es chorra
-Ayer se me calló la boca.
-Conozco un hombre que trabaja de desocupado.
-Gómez es el apellido de un niño de 4º año que se llama Gómez.
-Ayer un compañero me préstame un lápiz.
-No se debe decir prestame sino emprestame.
-Yo tengo una vecina que tiene mucha necesidad.
-¿Así que te las tirás de vivo, idiota?
-El otro día un amigo de mi papá tuvo un hijo.
-A veces yo tengo el ombligo limpio.
-La boca es la parte del cuerpo que mastica más.
-Yo no fui al casamiento de mis padres porque no había nacido.
-Todos los niños de esta escuela tienen ombligo, y el señor maestro también.
-Si no se come, la barriga no se enyena.
-¡Que bruta inyección le dieron a mi hombro!
-Yo tengo una inmensa casa que es inmóvil.
-Encima de mi cráneo hay una mosca.
-Ayer estuve pensando una hora seguida.
-Mientras no llueva hay esperanzas de que no llueva.
-Yo conozco un señor que está esperando que le salga la jubilación para salir a juntar papeles para vender.
-Ayer le hice un favor a un insecto.
-Un niño tenía hambre y se comió un pancito para llenar su pancita.
-Yo siempre que veo una estatua, está inmóvil.
-Un niño dijo: "Muchachos, vamos a dejarnos de joder que ya hicimos bastante gimnasia".
-Mi abuela es huérfana
-Mi tío come que parece que se le va a acabar el mundo.

El Martincho


..."El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra..." RODOLFO WALSH.

lunes, 22 de febrero de 2010

Lo de Gino


Las vacaciones empiezan el primero de diciembre. Son mañanas frescas, una camisa de algodón azul, la solera beige con bordados marrones, los zapatitos blancos. A la mañana vamos a buscar el pan a la Belgrano, a cuadra y media de casa, sólo cruzar Espora. Con la bolsa de tela: mediokilodepanmediotostado. Siesta con revistas mejicanas y las fotonovelas sin que los viejos sepan: Enrique Kossi, Pablo Morán el bonito, romance en blanco y negro. Siesta en la que no se tiene que mover ni una mosca porque de eso depende la salida de la tarde. Después de las cinco, los parlantes del club Altense empiezan con los tangos:

"...Tardecita criolla, de límpido cielo
bordado de nubes, llevas en tu pelo.
Vinchita argentina que es todo tu orgullo...
¡Y cuánto sol tienen esos ojos tuyos! ..."

Salir a jugar con la Martucha en el paredón de su casa, en donde cada ladrillo es un cajoncito de la mercería inventada. O con la Cristina que va a ser bailarina clásica y en la vereda nos baila la muerte del Cisne, aleteando desesperada con sus brazos alguna música que no suena, de la que sólo entendemos la tristeza. O sentarnos en la ventana baja de la esquina, donde viven las hermanas Calvo, a charlar como si supiéramos.
Las baldosas de la vereda que no se hizo y que duermen en el pasillo: discoteca que atendemos por turno con el Mario y su hermana la Mary.
Y antes de las nueve, nos vamos a cenar, todos. A veces volvemos a salir a la vereda para estirar el tiempo hasta irnos a dormir, porque hace calor, porque estamos de vacaciones, porque nos gusta ver cómo el padre de la Martucha fuma su pipa sentado en el umbral de la entrada de su casa. O ponernos debajo del farol de la esquina a ver cómo van cayendo los cascarudos justo en el centro de la calle.
A veces, y qué bueno, los grandes dicen: Vamos al centro a tomar un helado. A lo de Gino, a lo de Gino vamos. Caminamos hasta la esquina de Yrigoyen, doblamos a la derecha y siete cuadras por la plaza y el centro hasta una cuadra antes de que se termine, doblamos otra vez por Humberto y casi, casi llegando a Rivadavia: la heladería de Gino.
Pistacho de color raro, dónde viste comerte algo celeste verdoso. Chocolate, crema rusa, americana o limón. No hay mesas o sillas en la vereda. Hacemos la cola adentro porque Gino cobra y atiende, atiende y cobra. Y a veces lo hace su familia. Entonces Gino conversa en la puerta del negocio con algún conocido. Mientras esperamos le miramos los zapatos raros, de color claro, casi maíz. Zapatos de horma italiana sabremos después. Y el pantalón blanco y la camisa a rayitas, cadenita y medalla al cuello, anillo, reloj de oro. Gino el heladero, Gino el tano que vino al empezar los cincuenta.
Los helados no son baratos. No todos los días. Pero cuando están, qué alegría, ese frío en la boca que te duerme la lengua y después no podés hablar. Volver por la misma Yrigoyen, porque Rivadavia nunca tuvo negocios de centro, digo, con vidrieras interesantes. Mientras comemos con cuidado del vasito nos paramos en lo de Frías a ver las revistas. Y en el Español, para ver qué cinta estrenan esta semana. Ya casi cerca otra vez de la plaza el helado de Gino es un recuerdo. Pero nos queda el vasito, para clavarle los dientes y sentir que se deshace en la boca con el culito de crema que quedó en el fondo.
Volvemos despacio, a tomarnos un vaso de agua helada, o la soda que nos trae Staltari a la mañana en el carro de sodero. Porque el helado da sed, y ya somos grandes y, aunque tomemos agua o soda, no nos vamos a mear en la cama, ahora, que nos vamos a dormir. Con el vaho de los espirales que no son Raid ni ahí. No leas en la cama porque se te gasta la vista, y encima, gastás luz. A dormir que ya es tarde...
Y todavía te queda, en el fondo de la lengua el helado de Gino...

No vayas ahora, te vas a encontrar con un cajero del Banco Nación...Una lástima.

sábado, 20 de febrero de 2010

El Paco


Se me ocurrió releerlo ahora, que sus asesinos van a ser juzgados. Ni el día de su cumpleaños, ni el de su muerte. Ahora, cuando empiezan la verdad y la justicia a disputarle el terreno a la impunidad.


La pura verdad


Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo motivos para
quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria:
nada importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me avergüenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.
No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida.

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme.

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.


PACO URONDO

viernes, 19 de febrero de 2010

La mierda oficialista


Me pasé toda una semana pensando cómo me iba a bancar las tilingadas de mis compañeras.
Aún más, tenía decidido llegar a la escuela y saludar diciendo:- Hola, cómo les va, soy la mierda oficialista. ¿Cómo pasaron las vacaciones?.
Me daba risa, pero me daba también bronca empezar a escuchar los argumentos clarinetistas que siempre tuvieron.
Pero hete aquí el sorpresón. Me pongo a charlar con la profe de Lengua de segundo, una mina con inquietudes, informada, a la que le paso por mail más de una cosa. Y me quería convencer de que viera 678, ella...a mí.
Y cuando entran las demás se embala y les empieza a decir que hay que tener memoria, que hay que ver las cosas que hemos logrado, y esto, y lo otro, y lo de más allá.
Yo no lo podía creer...En el medio de la negación, del todo se va a la mierda pero volví de Florianópolis, de estos se afanan todo pero yo cambié el auto, en el medio de todo eso...escucharla fue un oasis. Y ahí nomás nos prendimos, y nos dimos ánimo, intercambiamos datos, programas de radio para escuchar, libros para leer.
Y lo mejor de todo es que, con el costado del ojo, yo veía a algunas que entraban y salían disimuladamente para no quedar pegadas...Pero no interrumpían. Ellas, ellas las formateadas por el poder comunicacional se borraban vergonzantemente. Las mismas que desde la 125 me discutían, ninguneaban mis argumentos, me chicaneaban, aunque en el fondo sabían que sus "razones" eran de cuarta.
¡Cómo disfruté, por favor!. Porque una cosa es tener la sensación de que hay más "oficialistas" de un tiempo a esta parte, y otra es empezar a verlos.
Esta profesora me contaba que el día anterior había ido a una casa de deportes a comprar las zapatillas de los hijos (tiene seis). Y que la empleada, después de atenderla le dijo que no se explicaba por qué lagente no salía a la calle si estábamos tan mal, tan mal...
Entonces, la profe, que es bocona como yo, la enfrentó a la empleada y le dijo:
-¿A vos te parece que yo te hubiera hecho una compra así de grande si estuviéramos tan mal? ¿A vos te parece que este negocio estaría así de lleno si estuviéramos tan mal?
Qué genia la tipa, qué genia.
Así que volví a mi casa, como un perro al que le regalaron varias colas de repuesto. Y lo primero que dije cuando abrí la puerta fue:¡ENCONTRÉ A OTRA MIERDA OFICIALISTA EN LA ESCUELA!!!!!!!

Vamos a clase




Gracias, Dios Sol...

miércoles, 17 de febrero de 2010

Llegó el correo, che...


El correo suele traernos estas cosas, mirá vos.


Para matar al hombre de la paz


Para matar al hombre de la paz.
Para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla.

Para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques.

Para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza.

Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando.

Para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza.

Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejército,
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques, más rencores,
más bombas, más aviones, más oprobios,
porque el hombre de la paz era una fortaleza

Para matar al hombre de la paz,
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla.

Para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte,
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad.

Para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo


MARIO BENEDETTI

Una de piratas


Ahhhhh, ahora me cierra. Empresa argentina. Andá a mentir a otra parte.
Y Morales Solito: si decís que Cristina tiene los mismos delirios que Galtieri, ¿por qué no la apoyás como entonces lo hiciste con el genocida borracho?
La Presidenta te está demostrando cómo se defiende la soberanía en democracia. A lo mejor es justamente eso lo que no te gusta, Moralín.
Por si quedan dudas, mirá acá y acá .

domingo, 14 de febrero de 2010

Premio


Premio para un trabajador de la literatura. Premio para un ninguneado de la academia. Premio para que la Sarlo muerda su rabia, o su miedito, qué sé yo. Premio para Saccomanno. Pero mejor leerlo acá, que el José Pablo escribe como los dioses. Che, ¿los dioses escribían? ¿O tenían escribas? Qué sé yo...En resumen, premio que nos enorgullece...

sábado, 13 de febrero de 2010

Año nuevo chino


¿Será acaso la oposición un tigre de papel? Si es así, ¿quién será entonces el tigre de metal? ¿Aquel que nació en 1950, año del Libertador? Eeeeepaaaaaa.....

lunes, 8 de febrero de 2010

Cine de domingo


Domingo a la siesta, zapping buscando pelis para ver mientras tomamos mate. Y ahí está, en TCM, Ladrón de bicicletas, del grande Vittorio de Sica. La ví como ochenta veces, la tengo grabada para la compu y mi hermano me regaló el DVD, ese, el original que se compra en Musimundo. Y cada vez que la veo me duele el corazón igual: el pibe, el pibe me mata...Esa desolación, esa impotencia, esa tristeza de la imagen en blanco y negro. Esa sociedad que no da respuestas, porque no las tiene, porque la guerra la partió en mil pedazos. La iglesia que te usa, las adivinas que te esquilman, los amigos que quieren ayudar pero tienen la misma impotencia que vos. La policía que te dice que si no tenés testigos no sirve de nada. El ladrón de la bici que es también una víctima de la malaria. Y por debajo, esa sociedad destruída a la que no le llegaron todavía los dólares del Plan Marshall. ¿Hay algo más desolador que padre e hijo yéndose de las inmediaciones del Estadio Nacional tomados de la mano, perdiéndose en la multitud?
¿Qué dirían nuestros amigos de la mano dura? ¿A qué artilugio dialéctico recurrirían?
Capaz que esta vez la peli me pegó más, porque el jueves, sabés qué, un pibe me sacó limpiamente la billetera mientras venía caminando pensando boludeces. Poca plata, pero toooooodos los documentos y tarjetas. Un engorro. Y la billetera, regalo del día de la madre.
Vos sentís que no podés hacer nada...Pero también sentís que la pelotudez es la tuya, andar por la calle con la billetera flameando al viento. Y no porque sean estos tiempos violentos e inseguros como dice TN. Es la segunda vez que me pasa. ¿Y a que no sabés cuándo fue la primera, en la cola del bondi? Síiii....en el 96, pleno menemato, plena época de seguridad jurídica, ahí sí que estábamos bien y los medios no hablaban de inseguridad. Me acuerdo del cana cuando hice la denuncia aquella vez: me cagó a pedo porque en esa parada de colectivos había pungas y yo debería haberlo sabido.
Entonces comparo: el tipo de la peli se quedó sin su herramienta de trabajo, vuelve a la mísera piecita de un casi conventillo donde la mujer y su otro hijo no tienen qué comer, y la bronca se le transforma casi, casi en resignación.
A mí me queda la sensación de vulnerabilidad, pero no encuentro la bronca. Qué sé yo...El único problema es hacer los documentos de nuevo. Y la tristeza de haber perdido esa billetera...

Ahhh, pero voy a tener el DNI nuevo, con la tarjetita. Y aprendí que no tengo que andar con todos los plásticos encima. Y además, Néstor los jodió una vez más a los que ya habían puesto el champán en el freezer. Juaa. Linda peli la del domingo. Linda peli con mate y torta de manzanas.

lunes, 1 de febrero de 2010

Feliz, feliz en tu día...


Interminable la lista de sus canciones para chicos-grandes. Interminable la lista de sus poemas y sus cuentos. Interminable... Pero a la hora de elegir, me quedo con esta:


ORQUESTA DE SEÑORITAS


Con sus mármoles y sus bronces
parecía la Chacarita
aquel viejo café del Once
con orquesta de señoritas.

Allá íbamos muchas tardes
una barra de juvenilia
a escucharlas desde el oscuro
reservado para familias.

Quien no fue mujer ni trabajador
piensa que el de ayer
fue un tiempo mejor
y al compás de la nostalgia
hoy bailamos por error.

En su palco las señoritas
repetían con todo esmero
pasodobles y rancheritas
que no daban para el puchero.

Eran rubias, llevaban flores
en el pelo y en la cintura
se movían como muñecas
con tristísima compostura.

Quien no fue mujer ni trabajador
piensa que el de ayer
fue un tiempo mejor
y al compás de la nostalgia
hoy bailamos por error.

Nadie supo de qué naufragio
las salvaba el conservatorio
para así ganarse la vida
de lloronas en un velorio.

Una noche se hicieron humo
de su palco descolorido
y tomaron, violín en bolsa
un tranvía para el olvido.

Quien no fue mujer ni trabajador
piensa que el de ayer
fue un tiempo mejor
y al compás de la nostalgia
hoy bailamos por error.

Parecía la Chacarita
aquel viejo café del Once
con orquesta de señoritas...

FELIZ CUMPLEAÑOS, María Elena. Te lo cantamos todos los que nunca dejamos la infancia, todos los que nos sentimos arropados por tus canciones justas e incisivas, todos los que abrazamos a Manuelita y a Osías para sentirnos menos solos, todos los que siempre volvemos como la cigarra...