Desde principios de este año, yo venía viendo que la asignación estaba haciendo un ruido real, no virtual, en la economía. Voy al super de la Cooperativa Obrera de mi barrio en forma asidua. Y mi barrio, mal que les pese a algunos vecinos clase-media-miro-a-los-de-arriba-y me-cago-en-los-de-abajo, muy Pro, muy radicales, que cambiaron el auto y varias cosas más pero el-gobierno-de-este-tipa-no-tiene-nada-que-ver, digo, mi barrio, supo tener desocupados, cartoneros, pibes con hambre, negocios vacíos, u mucho mucho trueque. Che, qué pasó que las airadas protestas de las doñas Rosas no son tantas en la cola de la caja. Qué pasó que cada vez que voy a la Coope siempre, siempre hay gente comprando: a principios, en el medio y hasta a fin de mes. ¿Qué pasó que los pibes están en las escuelas?
En esta semana, escuché en la tele que se denunciaba (hay gente a la que le encanta denunciar, esto es un escándalo, ya no se puede vivir...síndrome Pino Cheto) que había bajado la partida para los comedores escolares. Sí, y la partida para los comedores depende exclusivamente de la matrícula de los mismos. No sé si será tan así, pero...¿no tendríamos que profundizar y ver cuántos dejaron de ir al comedor escolar y por qué? ¿Cuántos pibes están comiendo en sus casas? ¿Cuántos no pueden ir, como en el 2001, porque no tienen zapatillas para caminar? Ése es el problema del análisis de la realidad, cuando se resiste a entrar en el molde que yo le quiero imponer. Ése es el problema cuando mis categorías mentales, y los lugares comunes que me impusieron desde afuera, fuerzan de tal manera mi análisis que termino quedando en ridículo. Con el peligro cierto de que tanta negación, tanto ver el vaso vacío, tantas categorías marxistas, tanto "cuanto peor mejor", sólo dirige a la mayoría al desasosiego, a la frustración, a la nada (con la honrosa excepción de esos esclarecidos luchadores que seguirán, seguirán, seguirán esperando que se haga realidad la Tesis XI de Carlitos: que la ignominia se haga conciencia. Ja...andá a decirle a un laburante que te defina qué es la ignominia. )
Pero entre todo lo que pasó esta semana movilizante, entre tan triste papel jugado por esos exégetas de la revolución que han obtenido su diploma en los campos de Ucrania o en la Gran Muralla, hay un hecho más que significativo sobre la influencia de la asignación universal. Y la demostración más palpable que esta medida del gobierno vino a romper con el clientelismo. En la marcha del 24 acá, en la plaza Rivadavia, la columna de la CCC no era lo que solía ser (una cuadra de militantes, prolijamente encolumnados, que se desconcentraban sin perder su formación). Claro, si tengo la asignación, que cobro por el cajero, que sólo me pide que mande los chicos a la escuela y los lleve al médico, los planes municipales que me exigían hacer número en cuanto acto campestre o de índole variopinta se presentara ya no tienen la influencia de antaño. Pero eso no era clientelismo, ¿eh?. Eso no era clientelismo.
sabras Graciela que bueno es que los chicos vuelvan a comer en la casa y no en los comedores... se habla de un sindrome del chico de comedor
ResponderEliminarClaro, cuando la opcion es la panza haciendo ruido o el comedor, no way.
Pero entre la humilde cocina y la olla en la mesa y el comedor con tu vieja sirviendole a otro y vos en tu mesa,mirando de lejos, ni hablar.
Por otro lado, como va la escritura del cuento que me debes???? El enmascarado no perdona y los cuentos prometidos son deuda. No se achique don enrique.
me comentaban que a raíz del cobro de la asignación y la documentación, en algunos jardines se planteaba una "lucha de clases" (já) porque la prioridad de ingreso se la daban a quienes cobraran la asignación, entonces quienes sí pueden pagar algo privado para enviar a sus hijos pero optan o se encaprichan o como sea, enviarlos al estado y cuando se enteran de esa situación... empiezan a despotricar con todas las muletillas aprehendidas. Bien, ¿a qué iba?... ehhh Me olvidé, me hablan y me olvido... colisión de derechos no resueltos
ResponderEliminar