Caminante no hay camino.....


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miércoles, 28 de abril de 2010

Esa vieja señora


A veces te ponés a pensar por qué sos como sos, y no como esa vecina tan prolijita ella que, parece, parece que es feliz, rodeada de tantas cosas suyas, sólo suyas. A veces escuchás y no creés lo que escuchás, porque vos lo ves tan claro, tan rotundamente claro todo.
Y te preguntás por qué el auto cero no te desesperó nunca, ni cuando tenías la guita para comprarlo. Y querés saber por qué el rayón en la puerta o la luz trasera rota no te sacan el sueño.
A veces quisieras ir a los cines del shopping, a comer toneladas de pochoclo, viendo Avatar. Y te vas al cinecito del centro, con una bolsa llena de chocolatines y garrapiñadas, porque ahí dan esa peli francesa...
A veces te parás en las vidrieras de esa marca exclusiva y te obligás a mirar, aunque sea para parecerte en algo a tantas que andan al lado tuyo. Y las patitas te llevan solas a meterte en la mesa de ofertas de la librería de al lado.
Y te preguntás por qué nunca se te ocurrió trabajar en más de una escuela, corriendo, corriendo de un lado para el otro, aunque hubo tiempos en que el mes se terminaba el 10.
Y te da cosa cuando te preguntan a dónde fuiste de vacaciones. Y no les decís a ese lugar lleno al que todos, pero todos van.
Y tenés un celu que apenas manda mensajes y recibe llamadas, porque vos no hablás por celu. Y tenés un mp3 antiguo en el que escuchás Edith Piaf, el Bombita Rodríguez y los Quilla, así todos juntos.
Y hacés cola en el living para usar la compu, porque hay una y es de todos.
Y todavía creés que una pareja se mantiene por años si tiene la misma cosmovisión , la misma actitud ante la vida, los mismos criterios cotidianos, la misma capacidad de crecer a medida que pasa el tiempo.
A veces te parece que no vas a alcanzar nunca ese éxito que te venden las publicidades. Y a veces, la mayor parte de las veces, sabés que el éxito es otra cosa, es, justamente EXIT.
Y no te preocupa estar llena de agujeritos por donde entran todas las contradicciones, las dudas, los misterios de lo que no alcanzás a ver.
Y sabés que las felicidadecitas son eso: el carpe diem, el momentico en el que te tomás un café al sol, con el libro que te compraste ayer, y los perros dando vueltas a tu alrededor.
Y te resistís a poner rejas, alarmas, vigilancia. Porque tenés poco, pero aún así nada justifica el encerrarte en el miedo que sale de todas esas materialidades que te ahogan y te apresan.
En resumen, es justamente ella, esa vieja señora quien te marca cómo pararte en el mundo. Sí, tal cual, es la vieja y vilipendiada política, que nos hace mirar de una manera y no de otra. Que nos hace elegir esto y no aquello. Que nos indica por dónde pasa la cosa. La vieja política, la que nos hace asumirnos como parte, la que nos hace reconocernos en el otro.
La vieja señora, que a muchos otros los lleva a hacer todo lo contrario. Justamente esos otros que se muestran tan, pero tan independientes, que la niegan, cómo va a determinarlos esa tipa tan antigua.
Para que sepan, para que sepamos, la vieja, anciana señora, a la que muchos mataron tantas veces, nos define desde la crianza de nuestros hijos, hasta la manera de disponer los muebles en el living.
Concepción del mundo, cosmovisión, interpretación de la realidad: conciente o inconcientemente ahí está.
Y te digo, mejor que sea concientemente, ayudada y determinada por tu libertad. Que seas vos quien la defina. Que sea tu voluntad la que la ponga en acto. Porque de lo contrario estás sonado, mirá lo que te digo.

1 comentario:

  1. es asi, mon cherie. Uno es lo que es. Genio y figura. Lastima que hay dias que uno se sienta una pelotuda. Pero todo se pasa. verdad?

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