Fijate, mirá estos valles, el río que corre por ahí abajo, el pehuén. Ellos estaban antes. Ellos, los que fueron asesinados y arrinconados por el Zorro del Desierto en nombre del progreso y de la razón.
Ellos vieron antes la nieve cubriendo todo en los inviernos duros del sur. El sol, Antü, escondiéndose cada vez más rápido. La claridad de la luna, Ale, en las noches heladas. La explosión de la primavera a la orilla del Limay.
Ellos eran la gente de la tierra.
Cuando pases por la ruta 40, ahí, en la zona de la confluencia, de ese valle casi de película, acordate. Estás de prestado. La grandiosidad del lugar tiene otros dueños.
Nosotros...bajamos de los barcos.
Por eso quisimos comprender esta realidad con la mente europea de nuestros antepasados. Por eso nos parecieron salvajes. Por eso nos subimos al carro del progreso y la civilización.
Sería hora de que empezáramos a desaprender nuestra europeidad. Sería hora de que aprendiéramos de los reales dueños de esta tierra.
Sería hora de que, asumiendo estas raíces ancestrales, diéramos vuelta la cara hacia adentro, hacia nuestra América, hacia la otra historia.
Y en una de ésas, nos dejamos de joder con las carabelas y Colón en el acto del "día de la raza".
Digo, nomás...
Raza rezo voraz
ResponderEliminaroro y hambre
látigo y piel
cruz yugo espada
esclavos y tierra
monte socavado
asombro equívoco
ciegos de plata
dioses derribados
santos asesinos
evangelio de sangre
parto de nombres
deslumbrante amanecer
entre la sombra