Yo tenía tres años en el 55, y con un hermano recién estrenado. Es indudable que mis recuerdos no son para nada significativos. Me viene la imagen esa, recordada en la familia, de estar en la puerta de calle con mi madrina, que era una joven casi adolescente, mirando los jeeps de la Marina que andaban paseándose por Punta Alta; el recuerdo de mi tía Lola, que, para entretenerse, me estaba tejiendo un saquito rojo oscuro; los colimbas que pasaban y saludaban a mi madrina, que retribuía el saludo entusiastamente. No sé si es necesario aclarar: ahí había una gorilita contenta. Yo tenía tres años...
Nada hay de lo que podían sentir los obreros de la Base Naval. No pasaron a la historia lo que pensaban los ferroviarios del Mitre. Y ni hablar de los navales peronistas. Todo tapado, todo sepultado, todo desaparecido, con la inconmensurable ayuda del diario La Nueva Provincia y su radio LU2 que para esta época ya era poderosa. ¡Después me vienen estos fascistas a hablar de libertad de expresión! Ahi no había pluralidad, ahí no había respeto, ahí había vencedores y vencidos, mi amigo Lonardi.
Pero repito, yo tenía tres años. Los recuerdos son los que me impuso el intercambio de anécdotas en la familia. Pero, qué cosa, había un obrero de la Base cuya casa solíamos frecuentar. Todo bien, todo tranqui, todo democrático. No se hablaba de política...Como gran chiste podíamos hacer una caricatura de Frondizi poniendo unos anteojos sobre el asa de una taza de café con leche.Y este tipo, en los ratos en que jugaba con nosotros, a todos los pibes nos enseñó un cantito:
(con la música de Fumando espero)
Fumando un puro
me cago en Aramburo
y si se enoja
también me cago en Rojas
y si se orina
me cago en la Marina
y si no, en la Revolución.
¡Viva Perón!
Y ahí andábamos todos cantando con voces finitas y sin saber quién era Aramburo y menos Rojas. Lo único que podía hacer el tipo era cantar bajito esta canción, que seguramente resonaba en sordina en los vericuetos de la Base.
¿Cuántos años? Cincuenta y cuatro...Jamás me olvidé de esa canción. Jamás, aunque en aquel momento no tenía idea de qué significaba. Pregúntense por qué, ustedes, los impresentables que hoy, por un rato de fama ante las cámaras del Poder Mediático, son capaces de vender hasta los calzones.
Porque los pueblos no olvidan cuando hacen la historia.
Casi, casi, estoy tentada de salir hoy cantando...Fumando un puro....
¡Qué mejor día, hoy, para recordar a los muertos de la Fusiladora y a los pibes de la Noche de los Lápices!
Juaaaaaaaaa, me acuerdo de ese cantito
ResponderEliminar"Poderoso caballero es don dinero", decía Quevedo ¿no?
ResponderEliminarAsí que sos más joven que yo? (q lo parioó) Yo tenía 5 años en ese entonces... y en mi casa me recomendaban no decir a nadie que teníamos fotos de Eva y de Perón.
ResponderEliminarRecordemos que la sociedad civil participó de ese Golpe. Las patronales, los intelectuales, la Iglesia y los partidos políticos, no solamente saludaron el golpe, sino que formaron parte del gobierno de facto.
Cientos de miles de personas le quitaron la calle al peronismo, para vivar la jura de Lonardi. Los diarios -que en ese tiempo también nos engañaban- decían que esas gentes eran el "auténtico Pueblo". Ya sabemos para quiénes quedaba reservado el calificativo de "aluvión zoológico"...
Recuerdos tristes... divisiones entre argentinos, aún no superadas...
Te saludo