Desde ayer la tenemos sentadita en la puerta de su casa en San Telmo. Con las manitos sobre la falda del vestido, esos zapatos tan particulares, y la sonrisa esperanzada. Pero se me ocurre pensar qué será de Mafalda entrada la noche, en las madrugadas, en esa hora en que empiezan las sombras. Allí, en ese banco, solita en la puerta de su casa. Solita sin el Guille, sin Manolito, sin el querible Felipe, sin Susanita, o Libertad, o el mismo Miguelito. Muy sola está Mafalda sentada en el banco frente de su casa. Sola, la nena eterna que nos recuerda lo que fuimos. La nena que a mí, personalmente, me recuerda a mi hija mayor, tan, pero tan parecida a Mafalda en su primera infancia (pelo y cachetes, dichos y actitudes iguales...). A lo mejor allí está el origen de mi angustia: no quiero que Analía-Mafalda se pase las noches sentadita en un banco a la puerta de su casa. Es como un mal sueño. Es como ver a todos esos chicos que de un día para otro se quedaron así, sin su papá, sin su mamá, sentaditos en un umbral, en un patio, en un parque, de noche. Por favor, que alguno de sus amigos vaya a hacerle compañía...
no diga eso, porque ya me imagino algun pibe de la calle durmiendo acurrucado en ese banco de plaza y ya me esta agarrando ese retorcijon en la panza de no soportar y( sin embargo aguantar como si estuviera ciega,sorda,muda,estupida,ineficaz,muerta) la soledad de tantos. Mire si sera jodida uste, ya me arruino la estatua.
ResponderEliminary, yo soy así. Que las estatuas de los prohombres se queden solas en la plaza, que el Negro Olmedo también, no me importa, porque son eso, son hombre grandes (salvo Roca, que cada vez que puede se da vuelta en su estatua con miedo de que vengan a bajarlo los pueblos originarios).Incluso el Che pibe, sentado en la pared de su casa en Córdoba. Está en su casa y el Che no le tiene miedo a nada. Pero Mafalda es una nenita...Y los nenes me pueden. Ojalá algún pibe de la calle se acerque a dormir con ella. Se harán compañía mutuamente. La soledad dolerá menos.
ResponderEliminarNo se sabías, pero Felipe vive en La Habana y está a cargo del paladar del hotel Habana Libre, Guille se dedica a la música en Chile y Manolito contra todos los pronósticos fue un periodista combativo que pagó cara su osadía en tiempos de la dictadura
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