Caminante no hay camino.....


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martes, 14 de julio de 2009

¿Qué nos pasó?



"...¿Qué nos pasó?
¿Cómo ha pasado?
¿Qué traidor nos ha robado
la ilusión del corazon?..."

Víctor Heredia


Leo en Feinmann, a propósito del 25 de mayo del 73 y qué actores sociales apoyaron entonces al peronismo:"...Porque nunca fue más digna la clase media. Más generosa. Menos economicista. Nunca se jugó tanto...¿Qué esperaba? Que mejorara la economía. Que se fueran los militares. El país estaba harto de los militares..."(José Pablo Feinmann, en el suplemento de Página este domingo)

Y digo, ¿qué nos pasó? De aquello a esto...A esta clase media que tiene diez frases hechas para explicarlo todo. A esta clase media que cantó "piquetes, cacerolas/la lucha es una sola...", sabiendo que mentía alevosamente. A veces pienso que precisamente no es esta clase la que puede decir: "Digo lo que pienso. Hago lo que digo".
Medrosa, especuladora, soñando con llegar cada vez más alto en la pirámide, toma como aliado natural a los que más tienen. Porque en el fondo los admira, los envidia, quisiera estar ahí, y por estar es capaz de justificar absolutamente todo.
Una clase media que creció y se fortaleció con un Estado benefactor, un Estado interviniendo en todos los rincones, un Estado que les garantizó la Universidad, los hospitales, las vacaciones y hasta el aguinaldo, esa dádiva del Tirano Depuesto, que las incipientes clases medias se apresuraron a manotear para poder gastar....gastar....gastar.
Hubo otras épocas y otras clases medias, como dice Feinmann. Los sesentas: una clase media con la mente abierta, absorbiendo como esponja todo, música, libros, debates, ideas, etc., etc. Una clase media que se reconocía en el Estado, y a la que el Estado todavía le seguía garantizando bienestar.
Pero...¿qué nos pasó? Hoy, diez frases hechas son su bagaje intelectual, diez frases construidas por los medios de comunicación. Y te las tiran como debe haberle tirado Moisés las Tablas de la Ley al pueblo judío. Así...¡pak!, acá están, estas son...SON, y no pueden ser de otra manera. ¡De ninguna manera!
Y una trata de reflexionar, trata de hacerles entender que si las cacerolas dejaron atrás al piquete y ya no les importa, es porque fueron ellos, los clasemedieros, los más beneficiados hasta ahora,¿o no? Lo que no cierra es que se hayan aliado a los sectores más recalcitrantes de la derecha, en contra de la política que les permitió salir del 2002.
Te hablan impunemente de cero retenciones, de los superpoderes, de la corrupción, de la inseguridad, de la crispación. Así, vertiginosamente, de una palabra a la otra, palabras, palabras, palabras. Una, ingenuamente pregunta...¿cero retenciones? ¿Y de dónde sacamos la guita para tapar el agujero en el presupuesto? Entonces, gritan, no razonan, tienen una enciclopedia de más frases resonantes que escucharon anoche en TN.
Te largan: "mi poder adquisitivo cayó un 30%", "pagué un 400% más de gas", "esto así se va al carajo". Y una, que les conoce el nivel de vida, que controla ticket por ticket, factura por factura, metro por metro consumido, les dice que no, que no le parece. Y ahí...ahí te sacuden con el exorcismo final: "¡Vos sos kirchnerista!"
Nunca antes de estas elecciones la clase media fue tan penetrada ( y uso esta palabra, incluso por el significado sexual que tiene) por el discurso de la derecha. Es fácil: un tipo que corre todo el día para ganar más, lo que le permite cada vez consumir más, no llega a su casa en condiciones de pensar en el sentido filosófico del término. Mira Tinelli y se va a dormir. Escucha por ahí a algún taxista, las opiniones de sus compañeros de trabajo, los rumores que son como el catecismo cotidiano. Y así va. Pensando que piensa, cuando en realidad es pensado.
Eva Row, una bloguera que admiro porque escribe muy bien, decía hace un tiempo algo así: En la dictadura sabíamos que los milicos, el enemigo, había ocupado el país. Pero cada uno entraba en su casa y era como entrar en un oasis. Allí los milicos no estaban. Acechaban, eso sí, pero no estaban. Hoy, comemos, dormimos, vivimos con las fuerzas de ocupación machacando su mensaje las 24 horas. El sujeto absoluto comunicacional, que tan bien definió Feinmann.
El gran problema, el gravísimo problema es que esta clase media, convencida irracionalmente por el discurso multimedial, defiende a rajatabla a quienes más temprano o más tarde serán sus verdugos.
Y una trata de advertirles, trata de que visualicen qué modelo de país nos están proponiendo. No , no hablemos de modelo de país. Lo importante son las cosas concretas que preocupan a "la gente", como escucha decir a sus referentes: el niño rico Mauricio y el exitoso empresario que tiene un plan. Lo patético es que sí, que esos referentes saben perfectamente qué modelo de país quieren. Lo saben y lo defienden. No le dicen a la clase media: mirá, queremos volver al modelo agroexportador, al Estado ausente, al florecimiento del negocio privado. Y, sabés qué, para ese modelo hay un montón de "gente" que sobra. Lo más probable es que vos, ahí, no tengas lugar. Pero igual...quereme, querete...votame, votate...¡Jodete!
Una podría decir que un negro panorama nos espera. Capaz que no. Lo apasionante es que se ha instalado, en esta sociedad que pasó por la trituradora de los 90, el debate, la discusión, la política. Muchachos, aunque ustedes no lo crean, la política ha vuelto a la superficie. En una de esas también logra alfabetizar a algunos analfabetos políticos, esos que la niegan en nombre de su individualismo impoluto y son arreados ciegamente por los más poderosos.
"...Alguien, hoy, todavía, cree, como creía Walter Benjamin, que "Sólo por amor a los desesperados conservamos aún la esperanza". Y, por fin, alguien, hoy, todavía, sabe que fue también Walter Benjamin el que le dijo a Theodor Adorno cuando este lo urgió, en 1940, a emigrar a los Estados Unidos: "Todavía hay posiciones que defender en Europa".
Todavía hay causas que defender en este mundo..." (José Pablo Feinmann, La filosofía y el barro de la historia, pág.797)

Nota al pie: lo mío es un análisis desde el sentimiento, nada científico. Pero asómense a este blog. Allí hay una disquisición que se las trae.


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