Entré sin tocar timbre ni golpear las manos en la casa de Mona, y me recibió con un post sobre poesía y derechos que es imperdible. Y todo rebota, y las palabras de los amigos, como piedritas en el lago en donde todos vamos a pescar, forman círculos concéntricos de donde sale el poema siguiente, de un libro de Centro Editor de América Latina, amarillo, del año 1971, perteneciente a esa estudiante de la Licenciatura en Letras a la que ya lo social, lo político le empezaba a hacer ruido en el bocho. Ahí va:
La poesía es un arma cargada de futuro
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles amorosas crueldades:
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden,
maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso, con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos,
y es el canto que espacia cuanto adentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario. Lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos
GABRIEL CELAYA, en Poesía Social del siglo XX, CEAL.
Hola:
ResponderEliminarte agradezco la mención!!! Me gusta la poesía, sin embargo, casi nunca la incluyo en mis post. Esta vez vino junto con lo que escribió un amigo nicoleño, que me pareció tan bueno, que lo publiqué.
Tu post es excepcional! Siempre paso a leerte!!!
Un abrazo
Hola,te invito a visitar mi blog,las palabras iniciales del mismo estan dadas por Celaya.
ResponderEliminarfijate esta joyita
http://www.youtube.com/watch?v=laWOBCnAwFM
y aca esta m blog
http://poesiayramosgenerales.blogspot.com/