Estamos en vacaciones, che. Un cafecito, o el mate,si querés. Y te ponés a leer un ratito. Acá un cuento de Silvina Ocampo, El vestido de terciopelo. Cada vez que leo los cuentos de esta Ocampo, tan desangelada ella, no sé, se me hace un nudo en la garganta. Son raros, son tristes, son a veces de una crueldad terrible. Este es un buen cuento. Para charlarlo después de haberlo leído. Y, desde ya, para los amigos que dicen que era una gorila. Ni hablar, flor de gorila. Pero qué querés que te diga.No la puedo mandar a la hoguera. No creo que sus cuentos se lo merezcan.
A leer, che. Que se viene febrero y tenemo que empezar a laburar...
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