Caminante no hay camino.....


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jueves, 14 de enero de 2010

Finales






















¿Por qué nos mueven los finales tristes? Finales con personajes fracasados, que la pelearon hasta el final y no pudieron. Finales con personajes perseguidos, que no se pudieron sacar de encima a los perseguidores. Finales con personajes que perdieron en el camino lo único lindo que la vida les había dado.
No es que los happy end nos disgusten, salvo esos que jólligud nos fabrica para mantenernos contentos. Hay finales felices que valen la pena. Hay finales felices para que uno salga del cine con la sonrisa del gato de Alicia.
Pero el caso es por qué nos gustan tanto los finales angustiantes, los finales que te dejan un gusto amargo, los finales que te hacen salir de la sala con ganas de cagar a patadas a alguien.
Debe ser esa nuestra esencia, esa angustia del ser de la que hablaba Sartre. El saber que estás arrojado en el mundo, solito con tu alma, y con tu alma tenés que emprender el camino hacia adelante. Solito es una manera de decir. Quienes atravesamos de manera no indiferente la historia de nuestra vida, sabemos que no estamos solitos. Que pertenecemos a una comunidad, más exactamente a una clase o, si querés, a una conciencia de clase que te ilumina cada cosa que te hace dudar. Y que los héroes cotidianos, difícilmente ganan.
Pero bueno, ¿por qué será que nos gustan tanto los finales tristes?.

2 comentarios:

  1. Es un poco más...mmmmmmmm...kistch? A mi me encantan, porque en el fondo, de los finales tristes salen las alegrías mas enormes. Primero hay que saber sufrir...

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  2. FINALES TRISTES EN LAS PELICULAS, PERO PARA LA VIDA, GRACE, QUIERO SER MENOS POETICA Y UN FINAL DE COMEDIA HOLLIWODENSE DE LOS SESENTA.
    COMIENDO PERDICES, Y CON TODA LA FAMILIA UNITA.
    PARA SUFRIR, A MI DEME EL CINE.

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